Memoria hecha arte
Entre el documento y lo creativo, la fotografía tiene en México un espacio de reflexión sobre su naturaleza artística: el Centro de la Imagen, institución que cumple dos décadas de resguardar la memoria fotográfica del país.
Antes de despuntar en el arte, la fotografía nació como registro o documento, como expresión de la velocidad del mundo, al igual que en su momento la pintura, la escultura, la literatura oral, la épica. México fue el escenario de importantes generaciones de fotógrafos que desarrollaron tal disciplina desde las vías artísticas. Eduard Tisse, fotógrafo de Serguei Eisenstein, hizo los primeros ensayos de nuestro paisaje que luego retratarían con autoridad y maestría Gabriel Figueroa, Ignacio López e incluso Juan Rulfo. Esas mismas líneas guiaron las búsquedas de Tina Modotti. Este primer gran momento de la fotografía mexicana tiene su cenit con la obra de Manuel Álvarez Bravo, maestro de generaciones posteriores.
Quizá por la influencia de esta tradición notable o por la exposición del potencial paisaje visual mexicano, nuestro país ha sido un escenario propicio para el desarrollo de la foto como arte. En ese marco de constante creación y diálogo respecto del arte fotográfico, surge el Centro de la Imagen.
ESPACIO DE FORMACIÓN
El edificio central de la Ciudadela (en el Distrito Federal) cumplió durante muchos años la función de bodega, el sitio donde se acervaban pertrechos y recursos vitales para la república. Hoy su papel no es distinto: un ala alberga la Biblioteca México, la otra es sede del Centro de la Imagen, creado en 1992 por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
Nuestro país es pródigo en acervos fotográficos y escuelas técnicas, pero como tal no existe un antecedente del Centro de la Imagen en cuanto a la formación artística de fotógrafos. Las generaciones citadas surgieron de manera autodidacta o de talleres más o menos públicos. Los fotógrafos que siguieron el camino de Tisse, sin querer (o quizá sabiéndolo a conciencia), se hicieron de los lineamientos del ‘realismo socialista’, no tan lejanos a la Escuela Mexicana de Pintura que fue su contemporánea. Pero como ocurría con las artes cuya plataforma tecnológica era manifiesta, la fotografía quedó fuera de las academias. La creación del Centro de la Imagen respondió, de manera prioritaria, a la necesidad de llenar el hueco pedagógico y a favorecer una discusión con verdadero rigor didáctico. De todos los ejes de acción de la institución, la labor de formación es la que dio razón de origen.
El programa educativo básico que ofrece se dedica a generar artistas visuales antes que fotógrafos. Es decir, si bien se enseña el aspecto técnico de la fotografía y las nociones de composición, se pretende moldear a un ‘autor’ capaz de generar conceptos, teorías y series con las que pueda dar respuestas a inquietudes creativas. La instrucción, por tanto, es también crítica: el autor reflexiona en todo momento sobre la naturaleza del arte en general y la fotografía en particular. Se privilegia una educación interdisciplinaria que incluye a las plataformas originarias (pintura, escultura, grabado, etcétera) y hasta los medios alternativos (instalación, videoarte, arte multimedia, arte digital, entre otros).
Así, el programa educativo está integrado por cursos y talleres que no tienen estrictamente un orden progresivo como las academias, pero sí una dirección: del conocimiento básico a la formación profesional.
CREADOR DE POSIBILIDADES
A los autores que deciden generar proyectos creativos concretos, el Centro de la Imagen les ofrecen tutorías que atienden necesidades específicas. Además, a partir de 2001 se creó una estructura de especialización bipartita:
-El seminario continuo Desarrollo de proyectos: un programa integral, está dividido en dos grupos: Documento y ficción en el proceso fotográfico, que reflexiona sobre aquella postura que ve en la foto una herramienta de registro, un testigo; y Fotografía y medios alternativos, dedicado a generar proyectos que vinculan a la foto con otras artes o llevan al límite el propio discurso fotográfico. Los proyectos resultantes de las primeras generaciones del seminario fueron expuestos en dos muestras: El que se mueva no sale en la foto y Sus documentos por favor.
-El Seminario de Fotografía Contemporánea (SFC) dirige su atención a artistas visuales emergentes, interesados en sumar la fotografía a su discurso visual ya sea como plataforma meramente técnica o bien como herramienta discursiva (es decir, la reflexión sobre el discurso de la foto paisajista, o las formas de la foto documental, los mensajes del fotorreportaje, etcétera), para luego integrarla en un procedimiento de creación mucho más complejo y en un lenguaje personal. Como herramienta académica, este seminario tiene un enorme mérito: más que ofrecer respuestas rigurosas y en cuadratura, permite siempre nuevas reflexiones, posturas refrescantes, movilidad de perspectivas, en una disciplina que halla muy bien sus horizontes cuando trabaja en sociedad con otras artes.
SERIE DE COLECCIÓN
Luna Córnea es una revista de tradición en el panorama editorial mexicano, no sólo en el ámbito de la fotografía. Data de la misma época en que se fundó el Centro de la Imagen y ha sido desde entonces el proyecto fundamental de los programa editoriales y de difusión, al tiempo que se ha convertido en un sello del centro mismo.
El nombre de la revista remite al ojo, al privilegio de la vista; a la geometría, que es el reflejo lógico de ver; al bromuro de plata que se usaba en los viejos laboratorios de foto.
En1992 se conmemoró el 150 aniversario de la invención de la cámara fotográfica. Con motivo del festejo, el Centro de la Imagen realizó diversos proyectos que tenían como objetivo revalorar la fotografía como disciplina artística. Luna Córnea (lanzada ese invierno), fue parte de esa discusión no sólo en su contenido visual, también con la participación de diversas plumas especializadas y con las primeras reseñas críticas de fotografía.
En este 2012 Luna Córnea cumple 20 años de existencia, plasmados en 32 números monográficos. Su contenido y material visual orbitan alrededor de temas como el paisaje, el retrato, fantasmas, la ceguera, el museo, el circo y la lucha libre, entre otros. Esta cualidad monotemática, unida al hecho de que cada número es altamente especializado y los autores se cuentan entre los más connotados expertos internacionales, ha provocado que Luna Córnea sea más vista como una serie de libros de colección, que como revista. Ese mismo trabajo de especialización dio pie a que se edite una vez al año (sólo en el 92 circularon tres números). Cabe decir que las ediciones 31 y 32 están dedicadas a la vida y obra de Nacho López y Gabriel Figueroa, respectivamente, en una versión en pasta dura.
Por otro lado, el Centro de la Imagen cuenta con una línea editorial que presenta los resultados de diversos proyectos de investigación realizados en la misma institución; estos pueden ser temáticos, retrospectivos (dedicados a un autor) o la recuperación de algún archivo.
ÁNGULO EXPOSITOR
Los grandes eventos de exposición que dirige el Centro de la Imagen, Fotoseptiembre y la Bienal de Fotografía, fueron concebidos con la vocación pedagógica que caracteriza a la institución; sin embargo, su nivel de exposición ha llegado a sentar cánones tan altos que ahora relucen ampliamente en su potencial de atracción a públicos externos.
Fotoseptiembre se realiza desde 1993 y es un encuentro para especialistas y entusiastas de la fotografía.
El año pasado el festival creció exponencialmente en su cobertura al interior del país y afianzó lazos con organismos internacionales. El invitado especial, Brasil, hizo presencia con un encuentro entre fotógrafos de ambas naciones.
Fotoseptiembre se ha consolidado como uno de los eventos culturales más queridos y con mayor alcance. En el mismo contexto, a lo largo de este siglo ha construido vínculos con diversas instituciones, gracias a lo cual el año pasado logró tener actividad en todos los recintos de la UNAM, el Museo Diego Rivera Anahuacalli, galerías privadas y casas de cultura estatales y municipales. Vale la pena mencionar que desde el año 2000, Fotoseptiembre ha sido integrado al catálogo del Festival of Light, una serie de eventos dedicados a la fotografía en todo el mundo.
Por su parte, con 15 ediciones, la Bienal de Fotografía (que opera a través de una convocatoria) se ha convertido en un referente para conocer las propuestas más innovadoras de los creadores contemporáneos. En apenas unos días, el 5 de octubre, se darán a conocer los nombres de los ganadores de este 2012.
Cabe resaltar que actualmente se está llevando a cabo una restauración integral del edificio, así como la ampliación de las instalaciones, que quedarán comunicadas con las de la Biblioteca de México a partir del próximo mes de noviembre.
Evidentemente, en cualquiera de sus facetas, el Centro de la Imagen es un indiscutible paradigma para quienes se desenvuelven en el medio de la fotografía y más aún, para todos aquellos que valoran los frutos de este arte.
Correo-e: ziggynsane@gmail.com