Llamado. Autoridades piden que no les de apoyo a la gente que se dedica a la mendicidad, pues están organizados en grupos para realizar esta actidad; llegan a usar a los niños para ello.
La mendicidad en Durango suele incrementarse para estas fechas decembrinas hasta en un 30 por ciento, sobre todo porque quienes se dedican a esto aseguran que en Durango la gente sigue dando, aunque sea un peso, señaló Luis Carlos Quezada Pacheco, director del sistema DIF Municipal.
En la temporada referida, suele llegar gente de otros lados para pedir "limosna" en las calles, pero también, expresa el funcionario, los indígenas se organizan para no invadirse espacios entre ellos.
"A los del albergue que están en la calle Alberto M. Terrones, les toca toda esa zona norte y no se meten al sur porque allá lo hacen los del albergue sur de la ciudad", manifestó.
Lamentablemente, comenta que el 70 por ciento de los indígenas que se dedican a la mendicidad en esta temporada son niños; el otro 30 por ciento son mujeres. Los menores están adiestrados perfectamente por un adulto para mentir y dar lástima, con el objetivo de que les den alguna moneda.
"Nosotros en el DIF los hemos visto. Pero en cuanto ven a los inspectores, salen corriendo. La mayoría de las veces se meten a centros comerciales donde no pueden ingresar los inspectores porque se trata de propiedad privada", comentó Quezada Pacheco.
En estos centros comerciales, comentó el director, lo ideal es que la misma vigilancia los detecte y solicite el auxilio del DIF para que los inspectores puedan ingresar y llevarse a los niños a donde están sus padres. O bien, si es reincidencia, trasladarlos a Casa Hogar, explica.
Sin embargo, hizo el llamado ciudadano para no darles ninguna moneda a la gente que se dedica a la mendicidad, "vienen aquí a pedir dinero porque los duranguenses les seguimos dando, por eso no van a otras ciudades porque aquí ganan más", dijo.
Pidió que si alguien se topa con un menor pidiendo limosna, se reporte de inmediato al DIF Municipal para que una brigada acuda a rescatarlo y sacarlos de las calles: "cualquier forma trabajo de los niños en la calle ya se considera un abuso o maltrato y no se tiene porque fomentar", sentenció Luis Carlos Quezada Pacheco.
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Armando acevedo / El Siglo de Durango