Debido a la pobreza y falta de oportunidades educativas y laborales en el país, el narcotráfico, la trata de personas y el secuestro son algunos de los ilícitos federales en los que los adolescentes se han involucrado con mayor frecuencia, por lo que durante todo el sexenio la cifra de menores infractores ha ido en aumento, particularmente en los delitos contra la salud, aseguran especialistas.
De acuerdo con el Consejo de la Judicatura del Distrito Federal y datos de procuradurías del país, en lo que va del sexenio del presidente Felipe Calderón fueron detenidos y procesados, por diversos delitos a nivel federal, 26 mil menores de edad.
"Las entidades del país que tienen un mayor número de menores internados o en tratamiento a causa de algún delito son Distrito Federal, Estado de México y Jalisco; sin embargo, en estados con problemas de narcotráfico la cifra ha estado aumentando", consideró Israel Alvarado Martínez, profesor del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe) y miembro del Consejo de la Judicatura del Distrito Federal.
FALTA DE OPORTUNIDADES Entre los factores que han detonado la delincuencia juvenil están la pobreza y la falta de oportunidades educativas y laborales, consideró María del Carmen Montenegro, profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM.
La académica dijo que para el crimen organizado esos jóvenes son blancos perfectos, ya que por su edad resultan más susceptibles de ser atraídos por un panorama de riquezas como el que supone ser parte del narcotráfico.
Un reporte presentado durante el primer semestre del 2011 por la Comisión de Seguridad Pública de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión reveló que al menos 23 mil jóvenes han sido "enganchados" por el narcotráfico, aunque La Red por los Derechos de la Infancia en México consideró en un informe denominado Infancia y conflicto armado en México que son 30 mil los jóvenes alineados con el narco.
Recientemente la Agencia Antidrogas estadounidense (DEA) y el Servicio de Aduanas y Migración de Estados Unidos (ICE) alertaron de que el narcotráfico recluta a adolescentes de 11 y 17 años de edad como espías o "mulas" para introducir estupefacientes de México a Estados Unidos porque hay más posibilidades de que pasen inadvertidos.
En el país hay 36.2 millones de jóvenes y según cifras del INEGI, unos 13 millones de ellos, tienen entre 12 y 17 años de edad, por lo que en caso de infligir la ley ingresarían a una institución tutelar y sólo por algunos años.
DESERCIÓN Y DROGAS Datos de la Encuesta Nacional de Juventud (Enjuve) indican que la asistencia a la escuela comienza a disminuir a partir de los 15 años, lo que aumenta las probabilidades para que caigan en roles no legales, señaló la sicóloga Montenegro.
Otra causa que deriva en delincuencia es el consumo de drogas. "La adicción lleva a cometer ilícitos, y entre el 70% y 80% de los adolescentes que delinquen están bajo el influjo de alguna droga", indicó el consejero en la Judicatura capitalina, Alvarado Martínez,
Además, la Encuesta Nacional de Adicciones 2008 (ENA) reveló que el consumo de drogas es un nuevo fenómeno que se da entre la población femenina. De acuerdo con la Red por los Derechos de la Infancia, la participación de los jóvenes dentro del crimen organizado funciona por edades, ya que entre los 9 y los 19 años se les emplea como vigilantes o informadores, y a los 12 años se encargan de cuidar las llamadas "casas de seguridad". Más grandes pueden ser secuestradores o matones a sueldo.
En el caso del trasiego de drogas se inician como vigilantes y desde los 12 años son distribuidores y las mujeres empacadoras. Cuando los hombres cumplen 16 años son contratados como pistoleros a sueldo.
"Debido a que la sociedad confiere un gran valor al dinero, "para estos jóvenes es mejor vivir poco pero bien y obtener dinero fácil y rápido", dijo la psicóloga universitaria.
EL PAPEL DE LA MUJER Montenegro también advirtió que el papel de las mujeres dentro del narcotráfico ha evolucionado y pasaron de ser utilizadas como "mulas" y ganchos -para atraer a víctimas- a labores directas en la organización del crimen, a la par que los hombres. Actualmente, tras recientes reformas al Código Penal por recomendación de las Naciones Unidas, los adolescentes involucrados en delitos federales, en la mayoría de los estados del país no son juzgados, pero carecen del apoyo de programas de rehabilitación social dentro del tutelar o al salir de él, indicó Alvarado Martínez.
"No encontrarán acceso a instancias educativas ni trabajo, por ello es altamente probable que vuelvan a reincidir", añadió.
