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Mercado laboral, un mercado débil en México

Mayor desocupación. A pesar del crecimiento económico en México, las altas tasas de desocupación siguen presentes, lo cual es sinónimo de la insuficiente creación de empleo formal bien remunerado. (ARCHIVO)

Mayor desocupación. A pesar del crecimiento económico en México, las altas tasas de desocupación siguen presentes, lo cual es sinónimo de la insuficiente creación de empleo formal bien remunerado. (ARCHIVO)

EL UNIVERSAL

El incremento de la informalidad, las bajas prestaciones laborales y la pérdida de poder adquisitivo de los salarios constituyen las diversas caras de un mismo problema: el deterioro estructural del trabajo en México.

La falta de financiamiento a las pequeñas y medianas empresas, la excesiva canalización de recursos hacia actividades no productivas, las elevadas tasas de interés, la usura y la gran cantidad de recursos privados que se destinan a la compra de la deuda del sector público, representan algunos de los elementos que explican la baja incidencia que el sistema financiero tiene sobre el crecimiento económico.

Para la Hacienda Pública la limitante es que sus ingresos dependen de un sector petrolero que no tiene encadenamientos productivos con el resto de la economía. Los beneficios iniciales generados por los altos precios del hidrocarburo se escapan por la subordinación que el país tiene respecto a la importación de gasolinas y otros derivados del petróleo.

El resto de la recaudación se genera de una sociedad empobrecida por las reiteradas crisis y las malas condiciones laborales. La creciente necesidad de recursos por parte del sector público no puede ser saciada por una economía que no progresa y se encuentra lacerada por una distribución desigual de la riqueza. La inequidad en la repartición del ingreso no puede solucionarse en tanto no se mejore el salario que se paga a los trabajadores.

A pesar del crecimiento económico las altas tasas de desocupación siguen presentes, lo cual es sinónimo de la insuficiente creación de empleo formal bien remunerado. De la encuesta estratégica de empleo trimestral, se desprende que la situación del trabajo ha empeorado en casi todos los rubros y se puede inferir que las mismas implican el aumento del denominado como empleo precario: ausencia de prestaciones sociales, bajos salarios y poca estabilidad laboral. Para las familias lo anterior se traduce en una menor calidad de vida y en una distribución de la riqueza poco igualitaria.

A partir de ello se puede inferir que la mayor proporción de las ganancias obtenidas por la expansión de 2011 se han concentrado en pocas manos, en aquellas que controlan los procesos productivos y la distribución de los bienes y servicios generados en el país. A lo anterior también ha contribuido el gasto de gobierno improductivo. Al mismo tiempo las estadísticas oficiales muestran que existió una modesta creación de empresas. Sin embargo, el gasto público en capital aumentó en más de medio billón de pesos, pero casi todo quedó en poder de las empresas que son capaces de ejecutar las grandes obras carreteras, petroleras, de energía eléctrica y de vivienda que se gestan con dinero público. Además en 2011 no se registraron avances relevantes en la competitividad y productividad nacional, por lo que el gasto realizado no sentó las bases para que en el futuro las cosas cambien.

Desgraciadamente, lo descrito no es algo extraño, es la secuela natural para un sistema económico y social incapaz de generar oportunidades en igualdad de circunstancias para todos sus integrantes. Como producto de las recesiones se tiene que la mayor probabilidad de éxito se vuelca hacia quienes mantienen una capacidad financiera suficiente para aprovechar un entorno en donde las pequeñas y medianas empresas no cuentan con las mismas facilidades.

El aumento en la pobreza es el corolario, algo destacado en los estudios realizados por organismos nacionales e internacionales. Lo descrito plantea que los bajos salarios y el empleo de baja calidad son los verdaderos límites de la recuperación económica, el verdadero reto a superar.

Desempleo a 4.86%

En el mes de abril la tasa de desempleo se mantuvo elevada, sin cambios significativos respecto a meses previos. En especial en las zonas urbanas del país.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), informó que en abril de este año la tasa de desocupación nacional se situó en 4.86% de la fuerza laboral, es decir, que alrededor de 2 millones 410 mil personas estuvieron desempleadas.

Destacaron las altas tasas de desempleo en Chihuahua, que pasó de una tasa de 7.16% en abril de 2011 a una de 7.76% de la fuerza laboral en abril de este año; Guanajuato, con un aumento en la tasa de 5.98% a 6.89% en ese lapso; y en Aguascalientes, con tasas de 6.51% de la fuerza laboral en abril pasado, desde la tasa de 5.94% de abril de 2011.

Al considerar solamente el conjunto de 32 principales áreas urbanas del país, la desocupación en este ámbito significó 5.87% de la Población Económicamente Activa (PEA).

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