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México puede estar una noche sin presidente

CARLOS LORET DE MOLA A.

Leonardo Valdés Zurita, presidente del IFE, está resuelto a cometer el mismo error que tanto le costó a su antecesor, Luis Carlos Ugalde: declarar prematuramente a un ganador de la elección presidencial. Valdés quiere levantarle la mano a un aspirante la misma noche del domingo 1 de julio, a como dé lugar.

Hace seis años Ugalde pronunció el dolorosamente el inolvidable discurso en que citó que "la regla de oro de la democracia" es que gana el que suma más votos y ese había sido Felipe Calderón. Lo proclamó vencedor, no la noche de la elección sino al término de un cómputo distrital que ya era cuestionado, con una ventaja mínima que legalmente aún podía revertirse, brincándose el dictamen final sobre la elección que por ley emana del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, y que llegó dos meses más tarde. En la Constitución, es el TEPJF y no el IFE quien determina al ganador de una elección previsiblemente impugnable como una presidencial.

La semana pasada, como cabeza del IFE, Leonardo Valdés llevó ante el Consejo General la propuesta de que se realicen tres conteos rápidos de una muestra de 7 mil casillas de la elección a Presidente de México para que esa misma noche, en cadena nacional de radio y televisión, él mismo pueda salir a decir quién ganó -y adelantó casi como amenaza- por estrecho que sea el margen de diferencia. Perdió la votación en el Consejo. Aún así, declaró que ese 1 de julio por la noche habrá anuncio.

Si la elección termina con amplia ventaja para quien gane, este asunto será una formalidad, atendible, pero sin riesgos mayores. Si la elección se cierra, comprometerse a dar públicamente el resultado con base en una muestra estadística acarrea el peligro de repetir --agrandada porque sería aún más prematuro-- la pesadilla de Ugalde, sino de navegar en los "márgenes de error" y proclamar triunfador a quien termine en segundo lugar.

¿Por qué la aparente obsesión con levantar una mano esa misma noche? ¿No quiere dejar de saborear el clímax de poder depositado en un burócrata electoral? ¿Por qué no, simplemente, explicar muy bien al público qué es el PREP, cómo se mueve y dejarlo correr blindada y libremente? ¿Alguien cree que México no puede soportar el peso de irse a dormir sin saber quién ganó? ¿Se darán tanta importancia que imaginarán que la bolsa de valores amanecerá en picada? ¿El dólar en el cielo? ¿Las escuelas cerradas? ¿La gente sin ir a trabajar?

Si la noche del 1 de julio México se va a dormir "sin presidente" nada pasará. Se sabrá al día siguiente. O dos días después. La vida fluirá normalmente y en cambio, quizá nos ahorremos más fertilizante a la polarización que tan mal ánimo ha dejado en el país.

SACIAMORBOS

Y así llega a todas las sesiones: sin cabildeo, sin diálogo, sin consenso, a estrellar propuestas en la mesa, al trabajo sobre las rodillas.

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