Jugará su último partido con el Bayern Leverkusen.
Michael Ballack jugará mañana en Nurenberg con la camiseta del Bayern Leverkusen su último partido en la prestigiosa Bundesliga de Alemania, jugador a quien se recordará como un jugador símbolo de Alemania, pero también un personaje trágico.
Durante más de una década fue una figura clave del balompié alemán: jugó 98 partidos con la selección nacional, donde la mayoría del tiempo fue capitán deportivo y moral.
Fue monarca alemán por primera vez en 1998, con el Kaiserslautern que era dirigido por Otto Rehhagel, y de ahí su camino entre los niveles más altos del futbol mundial fue fácil.
Pasó primero al Leverkusen, antes de pasar al Bayern Munich para luego aterrizar en la Liga Premier inglesa, con el Chelsea.
Ganó cuatro veces la Bundesliga y una ocasión el torneo inglés; también fue parte del festejo tres ocasiones de la Copa de Alemania y el mismo número en la FA Cup inglesa con los “blues”, escuadra con la cual llegó a la final de la Liga de Campeones en 2008.
Seguirá jugando por las siguientes dos temporadas, quizá en algún club de Estados Unidos, donde los jugadores europeos terminan sus carreras, y después pertenecerá a la historia.