'Michael Jackson está aquí'
El centro de este espectáculo -dice Tara Young, directora artística de The Inmortal World Tour -es Michael Jackson". ¿Y dónde esta Michael Jackson? Desde detrás de este escenario montado por "El Circo del Sol", Young responde y con un ademán señala cables, computadoras, estructuras de acero y pelucas de peinado afro.
"Aquí esta Michael Jackson", dice el ingeniero de sonido desde su cabina y sentado frente a las dos computadores que contienen las canciones de The Inmortal World Tour. Con habilidad, el ingeniero ubica el minuto dos, segundo 35 de la pista siete. Separa la música para escuchar solamente el canal de la voz. Efectivamente, ahí está Michael Jackson haciendo, junto a su hermana Janet, un coro suave, casi romántico, que nunca antes se había escuchado. El ingeniero de sonido explica: "Se tuvo acceso a todas las grabaciones de Michael en Sony, así que poco a poco descubrimos cosas que ni siquiera sus fans más expertos sabían. Por ejemplo, este coro en la canción Scream, que fue grabada por debajo de las voces principales y la música. Es magia".
Greg Phillinganes, el director musical del espectáculo, hizo varios de estos hallazgos y los incorporó a la pista con la que el circo Du Soleil creó este homenaje a Michael Jackson que llegara a México el 24 de agosto próximo. Y, como todo descubrimiento, la suerte jugó su papel. Por ejemplo, encontraron un casete cuyo lado "b" siempre se pensó que estaba virgen. Lo dejaron correr y ciertamente no escucharon nada durante 10, 15, 20 minutos. Pero luego comenzó una versión de Human Nature. Esa es la que se escucha en el show.
Además de estar en las computadoras de sonido, Jackson también está en los bailarines. En particular en una de origen peruano, Ruthy Inchaustegui. "Lo he llevado conmigo en toda mi carrera", dice Ruthy al explicar cómo se reencontró con Michael en este espectáculo.
Inchaustegui estuvo en México como bailarina de Madonna en la inauguración del Foro Sol hace dos décadas, justo al mismo tiempo en que Michael Jackson hizo los memorables conciertos en el Estadio Azteca. "Aprovechamos para ir a verlo. Fue increíble", cuenta Inchaustegui. Años mas tarde, el apellido Jackson reapareció en su vida: hizo una gira promocional con Janet, la hermana de "El Rey del Pop". "Y ahora vengo a cerrar el circulo con The Inmortal World Tour. No solo porque soy fan de Michael, sino porque mi hijo también lo es".
El Circo del Sol recibió hace dos años el encargo de crear un espectáculo en homenaje a Michael Jackson. En sentido artístico, desde entonces se dedicaron a buscarlo. Así fue que lo encontraron, por ejemplo, en la marioneta gigante de un niño que cuelga desde una medialuna. En escena, el niño aparece como si fuera la infancia perdida de Jackson. El público que ve a este niño gigante mientras se escucha Childhood siente un nudo en la garganta que no puede explicar.
Vista de cerca, la marioneta parece tener la explicación en sus ojos: cada pupila tiene la incrustación de una lagrima de vidrio que, vistas en el show con el reflejo de las luces, provocan el nudo que siente el público.
Dice Tara Young que Michael Jackson es ante todo un mensaje de esperanza. Que ahí es, a tres años de su muerte, donde sus fans lo encuentran. Por eso mismo, al final de cada función el artista al que más se aplaude no es a los bailarines que imitan a los Jackson 5 con sus pelucas afro, ni a los trapecistas que se lanzan en el aire con la canción I Just Can't Stop Lovin' You. No. Al que más se aplaude es a Jean Sok, bailarín de una sola pierna capaz de hacer el moonwalk.
Ahí, en este francés que baila y hace acrobacias de alto nivel a pesar de su discapacidad, es donde el Circo del Sol encontró su Michael Jackson.
Poco circo, menos Michael
Nadie grita. Ni ovaciona. Apenas aplauden. En este circo donde todo es posible (bailar sobre un tren bala, convertir el dinero en corazones palpitantes, el público no responde con mucho entusiasmo).
La razón parece ser que en este homenaje del Circo del Sol a Michael Jackson, faltan dos cosas: circo y Michael Jackson.
Decía Federico Fellini que el circo es la realización de lo imposible. "Fascina -dijo Fellini- porque no se explica intelectualmente".
Por el contrario, en The Inmortal World Tour, todo tiene explicación. Si los acróbatas escalan un edificio es porque una pantalla simula el ascenso, si los bailarines brillan de amor es porque tienen trajes con focos. A diferencia del circo que le gustaba a Fellini, éste viene con explicación tecnológica.
Y la ovación llega al final, cuando baja el telón y sobre él se proyecta la silueta de Michael. El público entonces sí grita como si no estuvieran ante una proyección sino Michael.
En la salida, una multitud se detiene en el lobby del teatro AA para pedirle a un niño que baile, que se toque la entrepierna. El niño -con sombrero de Michael, guante de Michael y calcetines de Michael - grita: "¡Leave me alone!" (¡Déjenme en paz!). Así debe ser con Michael Jackson.