En Detroit un vagabundo se metió en un vagón de ferrocarril para pasar la noche. Apenas entró alguien cerró la puerta por fuera. Entonces el vagabundo se dio cuenta de que se hallaba en un carro refrigerador cuya temperatura llegaba al punto de congelación. Aterrorizado trató de salir, pero no pudo. Al día siguiente se le encontró muerto. Mostraba todas las señales de la muerte por hipotermia. Como quien dice, el hombre había muerto congelado. Sin embargo el sistema refrigerante del vagón estaba descompuesto. En realidad el hombre murió por sugestión.
Grande es el poder de la mente sobre el cuerpo, del espíritu sobre la materia. Por eso debemos hacer que cuerpo y alma no sean en nosotros enemigos, sino que vayan juntos, de la mano, buscando en armonioso acuerdo nuestra felicidad.
Que nuestra parte física y nuestra parte espiritual tengan, juntas, un año nuevo venturoso.
¡Hasta mañana!...
