Me habría gustado conocer a Barbara Stanwyck, gran estrella de cine en la época de oro de Hollywood.
Alguien le reprochó sus amoríos con Robert Taylor, galán bastante más joven que ella.
Razonó la actriz:
-Ese muchachito tiene mucho que aprender, y yo tengo mucho que enseñar.
Tenía razón.
Todas las mujeres son maestras en la suprema sabiduría de la vida, y todos los hombres somos a su lado eternos muchachitos que tenemos mucho que aprender.
¡Hasta mañana!...