El hombre estaba delante de mí en la fila de quienes íbamos a documentar nuestro equipaje en la línea aérea. Lo acompañaba su anciano padre, señor de aspecto bondadoso y que caminaba con dificultad.
Cuando le llegó el turno el hombre entregó un paquete a la encargada. El paquete llevaba una inscripción: "Antigüedad valiosa. Manéjese con cuidado". Con voz imperiosa le pidió a la chica que le pusiera al bulto varias etiquetas de "Frágil", y en seguida se encaminó con su padre hacia las salas de abordar. Le dijo con igual tono dominante:
-Camine rápido, que ya llevamos prisa.
El señor, con expresión de angustia, se esforzó en seguir a su hijo, que al apresurarse dejó a su padre atrás. Me dio pena el anciano. Y pensé que en todos los ancianos deberíamos ver aquel letrero: "Antigüedad valiosa. Manéjese con cuidado".
¡Hasta mañana!...