Me habría gustado conocer a don Luis de Grey y Valserrat.
En España hizo fortuna comerciando en vinos. Luego fue a París y gastó su riqueza en un par de años con amigos de toda la vida y mujeres de toda una semana. Después, ya sin dineros, volvió al pueblo de donde había salido. Ahí veía, sereno, pasar las nubes y los días.
-¿Qué te quedó? -le preguntaban unos.
Contestaba él:
-Recuerdos.
Y añadía con una sonrisa:
-Pobre salí, y he regresado rico.
Me habría gustado conocer a don Luis de Grey y Valserrat. Sabía que lo mejor que se puede hacer con la vida es vivirla.
¡Hasta mañana!...