El Funcionario del Estado le ordenó al señor pérez:
-Di sí o no.
El señor pérez, tembloroso, dijo.
-Sí.
-Te equivocaste -le informó El Funcionario del Estado.
Corrigió, angustiado, el señor pérez :
-No.
-Te equivocaste de nuevo -volvió a decirle El Funcionario-.
Te ordené que dijeras sí o no. Debiste haber dicho
precisamente eso: “Sí o no”.
Gimió entonces el señor pérez:
-Sí o no.
-Demasiado tarde -dijo El Funcionario.
¡Hasta mañana!...