Me habría gustado conocer a Zsa-Zsa Gabor. Hace unos días cumplió 95 años. La edad y los quebrantos de salud lastimaron la belleza de esta mujer a quien la muerte ha respetado más que la vida. Yo la sigo mirando, sin embargo, en plenitud de gracia y de hermosura. Nada pueden contra el recuerdo el tiempo ni los sufrimientos.
Espíritu ligero tuvo siempre. Cuando alguien le preguntó cuántos maridos había tenido, respondió: "¿Quiere usted decir aparte de los míos?". En un programa de televisión una chica le contó que había roto las relaciones con su novio, un hombre rico que le había regalado un Rolls-Royce, un abrigo de visón, un collar de esmeraldas, un anillo de brillantes y unos guantes de cabritilla. Luego le preguntó qué debía hacer con esos regalos. Zsa-Zsa le aconsejó: "Por encima de todo conserva tu dignidad. Devuélvele los guantes de cabritilla".
Me habría gustado conocer a Zsa-Zsa Gabor. Sabía del imperio que la mujer debe tener siempre sobre el hombre.
¡Hasta mañana!...