Ayer saludé al padre José Raúl Bonafoux, sacerdote saltillense, amigo mío desde los tiempos de la juventud.
Hombre prudente y mesurado es él; muchas veces sus consejos me han ayudado a esquivar a ese hombrecillo que insiste en cometer tantos errores: yo.
Hablamos brevemente de la visita del Papa Benedicto XVI. "Se ha dicho -me comentó- que a Juan Pablo II la gente lo iba a ver. A Benedicto lo va a oír".
Es cierto: profundo teólogo, hombre de elevado pensamiento, el Papa tiene mucho qué decir. Oigámoslo sin prejuicios ni actitudes extremistas; consideremos atentamente sus palabras, y formemos luego nuestra opinión sobre el mensaje o mensajes que dará.
"Seamos críticos -me dijo una vez el padre Bonafoux-, no criticones".
¡Hasta mañana!...