Llegó sin previo aviso y me dijo:
-Soy la duda.
Alguna duda debió notar en mí, pues aclaró:
-Dudo mucho que no haya usted oído expresiones como éstas: "No cabe duda.". "No tengo la menor duda.". "Sin duda.". Sin embargo la duda cabe en todas partes. No hay casi nada de lo que no se pueda expresar alguna duda razonable. Dijo Pascal: "El hombre es una débil caña, pero una caña que piensa". Debió decir: "El hombre es una débil caña, pero una caña que duda".
Respondí:
-No cabe duda.
Y la duda se fue muy satisfecha. No tengo la menor duda.
¡Hasta mañana!...