Yo digo que la literatura nació del fuego.
A la luz de las llamas de la hoguera el hombre primitivo debe haber inventado los primeros relatos. Luego serían Homero, Dante, Shakespeare, Dostoievski, Borges y todos los demás.
Luego sería también don Abundio, el del Potrero. En el fogón de la cocina arden los leños de encino. Y dice el viejo:
-Anoche que Rosa y yo íbamos por el camino se nos apareció un fantasma.
-No era fantasma el bulto -lo contradice su mujer-. Era un caballo suelto.
Sí -reconoce don Abundio-. El fantasma de un caballo que ahí desapareció hace tiempo, y que ahora se aparece.
Menea la cabeza doña Rosa y dice:
-Gánenle una.
Tiene razón. Nadie le puede ganar a la imaginación.
¡Hasta mañana!..