Llegó sin anunciarse y me dijo:
-Soy la luz privada, para servir a usted.
En la presencia de la luz yo me oscurezco. Seguramente notó mi confusión, porque añadió:
-Siempre se habla de la luz pública. Oímos decir: "Cuando esto salga a la luz pública"; "El libro aparecerá a la luz pública", etcétera. Y sin embargo yo, la luz privada, soy más importante. Ilumino el interior de cada quién; lo salvo de las tinieblas que cada uno lleva dentro de sí.
Le pregunté en qué podía servirla. Me pidió:
-Publique lo que le acabo de decir.
Cumplo su petición. Siento que estoy haciendo una obra buena al sacar esto a la luz pública. Espero que eso haga brillar en mí la luz privada.
¡Hasta mañana!...