La esposa le reclamó al marido:
-Cuando nos casamos, y te servía yo un guiso, ponías en tu plato una porción pequeña, y dejabas la mayor parte para mí. Ahora, después de 20 años de matrimonio, te sirves la porción más grande, y dejas la pequeña para mí.
-Tienes razón -admitió él-. Es que ahora guisas mejor.
Otra señora le reprochó a su esposo en el momento en que éste conducía el automóvil:
-Cuándo éramos novios íbamos pegaditos en el coche. Ahora vamos siempre separados.
Replicó el señor, tranquilo:
-Yo sigo en el mismo sitio.
No cabe duda: el diálogo entre esposos nunca acaba.
¡Hasta mañana!...