Cuatro hombres iban por un camino y se toparon con una enorme roca que les impedía el paso.
Deliberaron sobre lo que podían hacer para seguir su viaje: retroceder y buscar otra pasada, o unir sus fuerzas para quitar de la vía aquel pedrusco. No pudieron ponerse de acuerdo, y determinaron hacer una votación. Tres votaron por mover la piedra; uno votó por buscar otro camino.
Sucedió, sin embargo, que para mover la roca se necesitaba la fuerza de cuatro hombres. El que votó en contra se negó a colaborar. Así, los otros tres hubieron de volver sobre sus pasos junto con él. Una minoría echó abajo el acuerdo de la mayoría, y se impuso sobre ella.
Como se ve, la democracia tiene sus peligros. Pero siempre será mejor mover la roca que retroceder.
¡Hasta mañana!...