Este niño se llama Issa. Es japonés. Tiene cinco años de edad y es poeta, aunque todavía no lo sabe.
Hace unos días murió su mamá. La casa está sumida en el pesar. Se han ido los amigos y parientes. El padre bebe, hosco, para olvidar su pena. Las criadas lloran en silencio. El niño, olvidado de todos, va al jardín. Ahí toma el pincel y escribe su primer poema. Tiene sólo dos líneas, pero es perfecto en su breve intensidad. Dice así:
"Pajaritos huérfanos:
Venid a jugar conmigo".
¡Cuánta tristeza y cuánta soledad hay en el poema! Está fechado el año de 1768, y aún hoy se lee con emoción. Tiene la eternidad de la belleza.
¡Hasta mañana!...