Me habría gustado conocer a George Abbott, cineasta.
Empezó un romance con Maureen Stapleton, talentosa y bella actriz, cuando ella tenía 43 años y él 81. La relación se prolongó 10 años, y terminó bruscamente cuando ella descubrió que su galán la estaba engañando eficazmente con una mujer bastante más joven que ella.
No sé si estas sean cosas del cine o cosas de la vida.
Pero desde la pacata grisalla de mi moral burguesa dedico a la memoria de George Abbot un vergonzante homenaje, y le expreso el reconocimiento de mi sana envidia.
(No tan sana).
¡Hasta mañana!...