En aquellos discípulos dijo Hu-Ssong a su tiempo:
"...Salió al camino un hombre. Cuando alguien dejaba una piedra sobre la vía él la tomaba y la hacía a un lado para que no estorbara el paso a los demás. Si basura tiraba otro él la recogía de modo que la ruta estuviera limpia para todos. Maldecían algunos viandantes, y él cantaba. Querían otros empezar pendencias: los incitaba él a la paz.
-¿Para qué haces todo eso? -le preguntó cierto día un peregrino-. Jamás vas a cambiar el mundo.
-No quiero cambiar el mundo -respondió el hombre-. Quiero cambiarme yo...".
Así dijo Hu-Ssong. Y los discípulos entendieron la lección: cambia el mundo quien se cambia a sí mismo para ser mejor.
¡Hasta mañana!...