El Funcionario del Estado le dijo al señor Pérez:
-Te compro tu voto.
El señor Pérez aceptó el ofrecimiento: su voto era lo único que tenía para vender, excepción hecha de su alma.
Preguntó:
-¿Cuánto me darán por él?
-Nada -respondió El Funcionario del Estado-. No lo necesitamos.
-¿Entonces por qué me lo quieren comprar? -quiso saber el señor Pérez.
Se dignó responder El Funcionario:
-Porque vivimos en un país democrático, y la compra de votos es parte de la democracia.
Entonces el señor Pérez dijo lo único que podía decir. Dijo: “Ah”.
¡Hasta mañana!...