MuriódonJuan.Enlacamamurió,ahídondetantohabía vivido.
Llegó almásallá, región en la quenuncahabía pensado.Don
Juan nunca pensaba. Además lo olvidaba todo.De ahí sus triunfos
en el amor.
Murió don Juan, y encaminó sus pasos al infierno. Supuso
que allá debía ir. Pero el Señor lo hizo llamar: tenía un sitio para
él en su paraíso.
-¿En el paraíso? -se escandalizóSanPedro, elporterocelestial-
. ¡Señor, este hombre es el más grande seductor!
-Ah, Pedro -lo reprendió el Señor-. ¡Qué poco sabes acerca de
loshombres!Ymenosaúnsabes acercadelasmujeres.DonJuan
no es el más grande seductor: es el más grande seducido.
Abrió las puertas de su Cielo el buen Señor, y entró don Juan
confuso.Noentendía loquelepasabaallá arriba.Tampocoentendía
lo que le había pasado acá abajo.
¡Hasta mañana!...