La principal bronca de Mitt Romney es él mismo. No pocos estiman que ha resultado un verdadero desastre como candidato, que sencillamente no está a la altura de las circunstancias ni sabe con certeza qué diantres pasa fuera de Estados Unidos. "Su verdadera cara y lo que piensa es un misterio. Recuerda a Nixon", se escucha decir, y ello, por obvias razones, no puede ser bueno.
La manifiesta ineptitud de Romney, cuando de llegar a lo más profundo del consciente colectivo se trata, de hablarle al votante común en su propio idioma, de identificarse con sus sueños, anhelos, y con la coyuntura de un país en problemas en el marco de una economía aletargada: ahí radica el verdadero meollo de las cosas. Y claro está, pese a que millones se dicen decepcionados por "sus promesas incumplidas y el mucho ruido y pocas nueces" de Barack Obama; lo cierto es que en la figura de Romney no encuentran gran cosa en común. ¿Qué va a saber de problemas un tipo que vale doscientos cincuenta millones de dólares?, pareciera ser la interrogante. Y claro, ahí está esa cualidad de estrella de Obama -con todo y su retórica y estilo discursivo equiparable a la de un John Kennedy o Bill Clinton- que colocan a Romney en una clara posición de desventaja. "George Bush es muy rico, pero por lo menos masticaba el español, viene de Texas y hablaba coloquialmente; tenía una conexión y sex appeal con los hispanos", dicen también.
"Mi padre, como ustedes probablemente saben, fue el Gobernador de Michigan y director de una compañía automotriz. Pero nació en México (…) y, si hubiera nacido de, uh, padres mexicanos, yo tendría una mejor oportunidad de ganar esta (elección)", se escucha decir al candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos en un video difundido en el sitio web de la revista Mother Jones y presuntamente tomado por fuentes anónimas en el marco de una reunión con donantes. Romney afirmó que casi la mitad del electorado se hace la víctima y cree que el Gobierno debe mantenerlo. "Hay un cuarenta y siete por ciento de la gente que votará por el Presidente (Obama) de cualquier manera. Mi obligación no es preocuparme por esa gente", asevera.
En tanto, las reacciones a los dichos del empresario y político mormón no se han hecho esperar. Jim Messina, pieza clave de la campaña de Barack Obama, consideró un "shock" que un candidato presidencial explique a puerta cerrada a un grupo de donantes ricos que la mitad de los estadounidenses se ven como "víctimas" que tienen derecho a limosnas y no están dispuestos a asumir responsabilidad. "Es difícil ser un presidente de todos los estadounidenses cuando rechazas despectivamente a la mitad de la nación", consideró. Por su parte, el influyente columnista de Bloomberg News, Josh Barro, escribe un texto ampliamente difundido que lleva por título "Hoy Romney perdió la elección". Barro cree que dicho video le costará a Romney la elección y adelanta que si ya de por sí enfrenta dificultades para identificarse con el votante promedio, el cual lo percibe "como un voraz tiburón de Wall Street que nació con cuchara de plata en la boca y no paga suficientes impuestos"; la difusión de la cinta será desastrosa, opina, y adelanta que existen otros extractos aún no conocidos que serían terriblemente embarazosos en caso de salir a la luz pública. Así mismo, William Cristol, editor de la revista conservadora The Weekly Standard, calificó los comentarios del candidato como "arrogantes y estúpidos".
Así las cosas, querido lector. A escasos dos meses de los comicios, Mitt Romney y su candidatura están en problemas. Nada tan grave como un video que fácilmente puede ser sacado de contexto y transmitido una y otra vez por los medios de comunicación. Nada como el poder de la imagen televisiva para destruir o solidificar una carrera política; si no, pregúntale a Sarah Palin qué ocurrió con sus aspiraciones cuando la comediante Tina Fey comenzó a imitarla.
No son días buenos para los republicanos; la coyuntura se asemeja a lo que vivimos los mexicanos en el pasado mes de julio: elegimos de entre todos los males, al que nos parecía -a cada uno- el menos peor. Hoy, ni Barack Obama ni mucho menos Mitt Romney, entusiasman en demasía aun a sus más fervientes seguidores.
ECOS DEL DESASTRE Y LA MEMORIA COLECTIVA…
Ayer se festejó el Día Nacional de Protección Civil con la realización de un megasimulacro en recuerdo del sismo de 1985 en el cual miles de capitalinos -la cifra aún se desconoce- perdieron la vida. "Hace veintisiete años dolían las imágenes del terremoto en la ciudad de México por el terremoto, sin embargo fue una lección de amor y ciudadanía", escribió ayer en su cuenta de Twitter la periodista lagunera Marcela Pámanes. Y es cierto. Al verse rebasado el gobierno de Miguel de la Madrid por la tragedia y las dantescas escenas de una capital devastada por el sismo de aquel fatídico 19 de septiembre de 1985, los ciudadanos tomarían en sus manos la responsabilidad de ayudar. Como nunca antes en la historia moderna de México, 1985 representa el año en el cual el término "sociedad civil", termina por acuñarse y florecer.
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