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Moreleando, de vuelta al Centro

A la ciudadanía

MANUEL VALENCIA CASTRO

A finales de la década de los sesenta y principios de los setenta del siglo pasado, la avenida Morelos se convirtió en el paseo más importante de la Comarca Lagunera. Cuando los entonces jóvenes y adolecentes nos poníamos de acuerdo para ir a pasear a la Morelos, decíamos "vamos a Morelear." Esta avenida era una de las más atractivas porque físicamente contaba con camellón central donde fueron plantadas palmas de rápido crecimiento a todo lo largo del mismo, permitiendo la doble circulación de los vehículos; además, las banquetas anchas permitían caminar con libertad a un número relativamente grande de personas. La calle conectaba con todo lo que les interesaba a los jóvenes, por un lado, con los principales cines y teatros de la época, que iniciaba con el cine Torreón en la Galeana y continuaba hacia el poniente pasando por el cine Nazas, el cine Princesa, el cine Modelo, el cine Laguna y terminaba en la Múzquis con el enorme y hermoso cine, Variedades.

El paseo más concurrido se llevaba a cabo el domingo, iniciaba a las cuatro de la tarde con la primera función de cine y como se presentaban dos películas, salíamos hasta las ocho de la noche. Los ríos de jóvenes se iban incorporando de inmediato a la Morelos y según el interés podíamos caminar hasta la Alameda y regresarnos a alguna plaza o simplemente nos recargábamos en un coche a platicar con la raza mientras se intercambiaban miradas y una que otra señal con alguna chava. Si había quedado algo de lana, podías irte a una nevería de hielo raspado, frutas y miel, o de crema en otra, sentarte en un cafetín y tomarte una taza de té o café o meterte en un bar y tomarte una copa.

En las banquetas caminaban los que no teníamos coche, veíamos aparadores que exponían la ropa de moda como los pantalones Topeka y las camisas de terlenka. En los arroyos circulaba despacito una gran cantidad de coches, carros descapotados con chavas ondeando sus hermosas cabelleras y chavos vestidos a la moda. A veces circulaban coches muy atractivos para los jóvenes, como el bocho con un barril de cerveza que usaba como tanque de gasolina o coches antiguos como la Penny Lane que era manejada por un 'compa' que usaba una cabellera al estilo de Pablo Milanés y una barba como la del "Che" Guevara. No había espacios desocupados, los negocios estaban en su mejor momento. Era un espacio público donde se socializaba y se tejían redes humanas.

De pronto, la especulación orientó el crecimiento urbano hacia la periferia al noreste de la ciudad y lo hizo a costa del Centro. Hoy, muchos años después nos preguntamos: ¿podemos recuperar este paseo y volver al Centro?

La web se encuentra a todo lo que da, invitando a los laguneros a pasear por la Morelos el próximo sábado 10 de noviembre. La idea es de un grupo de ciudadanos comprometidos con el desarrollo integral y sostenible de la ciudad de Torreón, entre los que se encuentran estudiantes, académicos, activistas, arquitectos y ciudadanos en general, que han visto como todos nosotros, que el deterioro y degradación del Centro de la ciudad continúa a pasos gigantescos y acelerados.

Todas las administraciones municipales de cualquier color han declarado una y otra vez que ahora sí se rescatará al Centro. Con acciones aisladas y generalmente con escasísimo apoyo, se trata de "taparle el ojo al macho" para poder después lucirse en los informes de actividades anuales. Franz Kafka se volvería loco tratando de novelar esta dimensión desconocida y surrealista, en la que políticos y tecnócratas ataviados con gafas oscuras y bufandas blancas, se mueven en veloces vehículos y vuelan en globos aerostáticos multicolores que se desvanecen cada cuatro años sin dejar la menor huella y peor aún, sin nada qué recordar.

Qué portento de modelos hubiera encontrado Salvador Dalí en los personajes siniestros que actúan como funcionarios municipales. Mitomanía expresada en diversas formas espectrales, un tesorero que no atesora y con una idea fija y obsesiva, construida en el hiperespacio de todas las negaciones posibles: una caja fuerte sin fondos. Cómo esperar que gente así entienda, abrace, incube los proyectos sociales que surgen en la ciudadanía, perdemos el tiempo, su capacidad de entendimiento no es humana.

Como dice en una entrevista uno de los organizadores del movimiento "Moreleando, de Vuelta al Centro": "Estamos hasta la madre de que las autoridades quieran hacer todo sin consultar ni tomar en cuenta a los ciudadanos, por eso estamos invitando a la ciudadanía a que se una y haga algo por nuestra ciudad."

Por lo pronto vámonos a "morelear", hagamos nuestra la calle Morelos, caminemos o paseemos en bici a todo lo largo de la avenida desde La Fuente El Pensador en la Alameda, hasta la Plaza de Armas pasando desde luego por la Plaza Mayor. Disfrutemos la oferta que se ha organizado, rock, canto nuevo, lectura de poesía, talleres, entre otras actividades festivas y culturales. Veamos los aparadores de los pocos negocios que quedan y que estarán abiertos por aquello de que necesitemos o se nos antoje algo. Nos vemos en la Fuente del Pensador el sábado 10 de noviembre a las cuatro de la tarde.

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