Tragedia. Soldados japoneses participando en labores de limpieza y rescate tras un corrimiento de tierras en la localidad de Aso.
Al menos 26 personas murieron y otras seis se encuentran desaparecidas tras las inundaciones registradas en el sudoeste de Japón, mientras los miles de afectados comenzaron a volver a sus casas, informó hoy la televisión japonesa NHK.
Las autoridades levantaron la orden de evacuación para 400 mil personas residentes en la isla de Kyushu, al sudoeste del país, que se ha visto afectada por las intensas lluvias que desde el miércoles pasado causaron corrimientos de tierra.
El balance oficial indica que 26 personas han muerto y otras seis se encuentran desaparecidas por las lluvias, mientras el ejército nipón sigue ocupándose de distribuir alimentos y agua potable en las zonas montañosas y aisladas.
La Agencia Meteorológica de Japón advirtió que, pese a la mejora del tiempo, es posible que las lluvias vuelvan al final de la jornada de este lunes, lo que podría causar más deslizamientos de tierra e inundaciones.
Las autoridades califican la situación generada por las lluvias de "sin precedentes" en esta isla en el sur de Japón.
Zona inundada
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, viajó a la localidad de Krimsk, en la región meridional de Krasnodar, donde hace una semana 171 personas murieron en unas inundaciones.
Putin se trasladó en helicóptero a esa ciudad situada cerca del mar Negro, donde visitará a algunos damnificados y presidirá una reunión sobre la reconstrucción de la zona y las medidas de asistencia a los vecinos que se quedaron sin hogar, según las agencias locales.
El líder ruso ya sobrevoló la zona el mismo día de la tragedia, el 7 de julio, cuando ordenó dirimir responsabilidades entre las autoridades locales y los servicios de emergencia encargados de alertar a la población sobre la amenaza que se les avecinaba.
Según el Ministerio de Situaciones de Emergencia, 171 personas murieron, 35,000 se vieron afectadas y más de 9,000 viviendas resultaron anegadas en las localidades de Krimsk, Novorossisk y Guelendyik. Los servicios de emergencia aún buscan a varios desaparecidos entre los escombros, aunque las esperanzas de encontrar a alguien con vida son escasas.
Algunos vecinos de la zona siguen acusando a las autoridades locales de que no les alertaron del inminente peligro para que pudieran resguardarse o abandonar sus viviendas, lo que hubiera salvado numerosas vidas.