Para Barraza, la mujer tendrá un mejor lugar en la sociedad y la actuación con trabajo, honestidad y coherencia en su labor.
Adriana Barraza y Guadalupe Pineda salieron de su casa muy jóvenes, sin apoyo alguno, para probarse en el medio del espectáculo; Helena Rojo quería ser actriz y por esa meta no le importó comenzar como extra.
Silvia Pinal labró una carrera artística importante y, contra todo pronóstico, incursionó con éxito en la política, mientras que, como ella, Lila Downs, ha luchado a lo largo de su vida para demostrar que la mujer es ejemplo de éxito en la sociedad, por lo que merece el mismo reconocimiento y apoyo que el hombre.
Hoy que se celebra el Día Internacional de la Mujer, estas artistas hacen un llamado a su género, para que cobre conciencia de que es posible enfrentarse al machismo y a los prejuicios, con trabajo, inteligencia y disciplina.
"Mi mayor obstáculo como mujer del espacio escénico fue una vez en Monterrey, en los 80, con el técnico de un teatro que no confiaba en mí por ser mujer, muy joven en ese momento, llevando luces y efectos de una obra muy grande. La pasé muy mal", comentó Adriana Barraza.
Mientras que Barraza buscó hacer realidad su sueño a los 16 años, Guadalupe Pineda lo hizo a los 18.
"Me costó mucho trabajo, empecé cantando en peñas, en cafecitos, ganaba muy poco, 33 pesos, fue difícil, pero también fue maravilloso ser independiente, poderme pagar mi comida, mi transporte, mi departamento. La independencia y la libertad era algo que nunca quise cambiar".
Aunque Lila Downs sí tuvo el apoyo de sus padres, tuvo que salir avante al defender el género tradicional y folclórico en una industria dominada por el rock, el pop y los músicos extranjeros.
"Siempre fue bien difícil, como nadar contracorriente, pero una de las cosas que aprendí es el trabajo constante: practicar ocho horas al día, estudiar piano, estudiar guitarra.
"Quiero creer que las canciones que he compuesto han hecho pensar a las personas y que también le han dado causa a algunas mujeres. El arte es de las terapias más hermosas que existen", afirma la artista nominada al Grammy estadounidense y quien ha recibido ya el gramófono Latino.
Sin alguna ayuda en la industria del espectáculo, Helena Rojo nunca perdió la fe y ahora es una primera actriz.
"Fue muy bueno empezar desde abajo e ir conociendo el medio poco a poco. Creo que eso da un poco más de estabilidad. Mi mayor logro ha sido permanecer, la necedad de seguir en esto, a pesar de que hay veces que no trabajas o no sales adelante como quisieras, señala Rojo.
Por su parte Pinal hizo realidad uno de sus grandes sueños, hacer política en favor de la ciudadanía.
"Cuando más he sentido diferencias entre hombres y mujeres fue cuando entré a la política. En la política sí está canijo, ahí sí a la mujer la hacen a un lado, tienen que ser mujeres muy valiosas para que logren imponerse y que las respeten", contó quien ha ocupado cargos de diputada, asambleísta y legisladora.
Defienden la música
Mujeres involucradas en el mundo de la música como: la ejecutiva musical, Gabriela Martínez-Pratt, y las cantantes, la española Rosana y la cubana Albita, externaron su punto de vista respecto a la transformación que ha sufrido esta industria.
Gabriela Martínez-Pratt, mexicana, ejecutiva de la industria de la música en Estados Unidos, considera que el CD fue el primer paso para que se incrementara la piratería debido a la calidad que ofrece este formato al copiarse.
La cantautora y productora española Rosana considera que el problema está en que la gente ignora todo el trabajo que hay detrás. "Si la gente conociera todo eso de verdad, colocaría la música en su lugar", aseguró la intérprete.
La española define esta etapa como "un apagón" porque considera que no están ni en los CD ni en el Internet por completo.
La cantante, compositora y productora cubana Albita opina que en medio de esta transformación una de las figuras más maltratadas es el músico, que no tiene un lugar fijo en la industria ni una remuneración justa por su labor.
