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MUJERES PLENITUD

Dr. Raúl Domínguez González

NÓDULOS MAMARIOS

Muchas mujeres se asustan y hasta se aterrorizan cuando casualmente se encuentran un nódulo o un "bultito" en una de sus mamas. A veces sienten dolor o molestia, con o sin signos inflamatorios locales.

Se dice que el 80% de los casos la misma paciente durante el autoexamen de las mamas se lo encuentra y es causa frecuente de un gran pánico, lo que la obliga a consultar de inmediato al médico.

Para una mujer, es desconcertante y de motivo de gran preocupación descubrirse un nódulo en una mama. No es para menos. Con la enorme publicidad que existe en torno al cáncer mamario, cualquiera puede asustarse pensando que ese bultito que se detecta en el pecho podría ser maligno.

Aunque lo recomendable es consultar al médico, para tranquilidad de muchas, la mayoría de estos nódulos son completamente inofensivos o benignos.

Conocido como enfermedad fibroquistica de la mama, la verdad es que más que una enfermedad se trata de una condición que se relaciona con el ciclo hormonal mensual de la mujer durante sus años fértiles. La dieta también puede influir.

Como regla general, es preciso tener en cuenta:

Los nódulos mamarios benignos habitualmente se forman en el cuadrante superior externo de una o ambas mamas.

Tienen un contorno definido y se mueven con facilidad dentro de ellas. Son sensibles al tacto y se hacen más evidentes antes de la menstruación.

Los malignos, por lo general, son únicos, firmes y de bordes poco definidos. Si se les palpa no se mueven, parecen estar adheridas a la estructura mamaria. En la mayoría de los casos, no duelen.

Son sugerentes de cáncer: una piel de la mama que presenta hoyuelos, la retracción reciente del pezón y la presencia de secreción sanguinolenta a través de éste.

Si la patología mamaria asemeja una condición benigna, hay que mantener la calma. Tener un nódulo que no disminuye de tamaño después de la menstruación significa que la mujer debe ir al médico para que se le evalúe en forma inmediata.

Glándula mamaria

Órgano destinado a la producción de la leche. Posee de 15 a 20 lóbulos, ordenados radial-mente, cada lóbulo está conformado por lobulillos y durante la lactancia cada lobulillo termina en aproximadamente 100 pequeños bulbos llamados acinos o alveolos glandulares donde la leche es producida.

El número de lobulillos varía enormemente entre las mujeres y aun en la misma mujer en diferentes épocas. Los espacios entre los lóbulos son llenados por tejido graso y fibroso.

Los cambios tisulares de la mama son muy frecuentes, la mitad de las mujeres en edad reproductiva tienen nódulos mamarios palpables y un 90% de mujeres muestran tejidos con características de enfermedad fibroquística.

Es fundamental hacer el diagnóstico de enfermedad benigna de la mama adecuadamente, sobre todo cuando hay indicadores de riesgo de cáncer de mama en la mujer y en la cual se tiene que realizar una biopsia.

Diagnóstico nódulos mamarios

Los especialistas usan los siguientes métodos en la evolución de un nódulo mamario:

Palpación: para hacerla, el profesional usa sus dedos

Mamografía: es un examen radiólogo, capaz de identificar el trastorno y ayudar establecer si es benigno o maligno. Determina la presencia de cáncer en un 85% de los casos.

Extremadamente sensible, identifica alteraciones grandes y pequeñas. Se usa combinada con la palpación, lo que aumenta la eficacia del diagnóstico.

Ultrasonido: emplea ondas de sonido de baja frecuencia que produce una imagen de la estructura mamaria. No información acerca de su benignidad o malignidad.

Permite ver si la lesión es sólida o quística (llena de líquido).

Aspiración con aguja: con una aguja fina se extraen fluidos o células desde el nódulo. Si no hay sangre, es casi seguro de que se trata de un cuadro no canceroso. Un líquido sanguinolento exige examinarlo al microscopio, en busca de células malignas. Si la masa es sólida, también se efectúa un examen microscópico.

Biopsia: quirúrgicamente, se extrae una pequeña muestra de tejido mamario para evaluarla.

Nódulos no quísticos también pueden requerir este análisis que compruebe la ausencia de cáncer.

Una vez establecida la benignidad de la condición, se puede optar a vivir con ella.

Medidas para nódulos mamarios

Las siguientes medidas ayudan a disminuir las molestias:

Usar sostén especial. Uno confeccionado a medida, para uso diurno (y, quizás otro nocturno).

Reducir la cafeína: esta precaución alivia a muchas mujeres lo mismo ocurre con el té, chocolate, bebidas, y medicamentos que contengan cafeína.

Reducir la ingesta de sal: disminuirla durante los 10 días previos al período menstrual atenúa el edema.

Analgésicos: el uso de aspirinas, ibuprofeno y acetaminofeno pueden constituir todo lo que algunas necesitan para sentirse cómodas.

Vitamina E: un pequeño porcentaje de las afectas ha logrado controlar sus dolores, e incluso, el tamaño de sus nódulos al ingerir esta vitamina. Pero cuidado, dosis altas pueden ser perjudiciales. Exige consulta.

Sin ningunas de las medidas mencionadas ayuda, el médico puede recomendar el uso de anticonceptivos orales u otros medicamentos, la aspiración con aguja para disminuir la presión en el quiste o, en casos muy especiales, su remoción quirúrgica.

Es preciso saber que la mayorías de las mujeres que notan cambio en sus mamas no están expuestas a un riesgo aumentando de desarrollar cáncer. Sólo el facultativo puede ser el diagnóstico. Es importante reportarle todos los cambios observados.

Las mujeres detectan por sí misma las mayorías de los nódulos mamarios. Algunas, accidentalmente. Otras, por autopalpación. Por esta razón, es importante que cada una se practique un autoexamen mamario una vez al mes.

Las mayores de 35 años deben someterse, además a una mamografía en forma periódica. Puede identificar un nódulo antes que la paciente lo percibe o palpe.

El riesgo de irradiación es bajo. Pero, a pesar de esto, los médicos se oponen a su realización en mujeres menores de 35 años, salvo circunstancias especiales, como tener antecedente de un familiar con cáncer de mamas.

La sociedad americana de cáncer aconseja las siguientes normas para la realización de estos exámenes.

Edad:

35-39 años una mamografía.

40-49 años mamografía cada 1-2 años.

50-100 años mamografía anual.

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