FALLO OVÁRICO PREMATURO
¿Qué es el fallo ovárico prematuro?
A diferencia del hombre, que produce espermatozoides durante toda su vida, la mujer nace con alrededor de 1 millón de óvulos en sus ovarios y no genera óvulos nuevos.
El 80 por ciento de las mujeres agota su reserva ovárica hacia los 45 ó 50 años, lo que da lugar a la menopausia. Sin embargo, en algunos casos los ovarios de la mujer dejan de funcionar antes de que ésta llegue a los 40 años. Dicha condición se conoce como fallo ovárico prematuro, insuficiencia ovárica precoz o menopausia precoz y las mujeres que la padecen son infértiles.
El fallo ovárico prematuro afecta a una de cada cien mujeres en edad fértil y, además de provocar el cese de la ovulación, motiva la disminución del nivel de estrógeno en la sangre, lo que puede aumentar el riesgo de osteoporosis.
El fallo ovárico prematuro puede ser de dos tipos:
El cese permanente de la función ovárica debido al agotamiento de óvulos en los ovarios.
En el 50 por ciento de las mujeres afectadas por el fallo ovárico prematuro éste se debe a una disfunción ovulatoria en la que los óvulos presentes no responden a los estímulos hormonales del cuerpo.
Principales síntomas del fallo ovárico prematuro. Los síntomas del fallo ovárico prematuro suelen ser similares a los de la menopausia:
Periodos menstruales irregulares y cada vez más alejados.
Amenorrea o ausencia de menstruación.
Sofocos o bochornos.
Sudores nocturnos.
Insomnio.
Sequedad vaginal.
Disminución de la libido.
Dolor durante las relaciones sexuales.
Pérdida de energía.
Irritabilidad y cambios frecuentes de ánimo.
Dificultad para concentrarse.
Infertilidad.
Dado que las mujeres con fallo ovárico prematuro tienen bajos niveles de estrógeno, son más propensas a desarrollar osteoporosis y enfermedades cardiovasculares.
Causas del fallo ovárico prematuro:
Aunque en muchos casos la causa concreta no puede ser determinada, las causas más frecuentes del fallo ovárico prematuro son:
Defectos genéticos como el síndrome de Turner (pérdida total o parcial de un cromosoma X) y el síndrome del cromosoma X frágil.
Desórdenes del sistema inmunológico como el lupus y la enfermedad de Addison.
Problemas enzimáticos o metabólicos como la galactosemia y la hemocromatosis.
Alteraciones de la tiroides con presencia de anticuerpos.
Enfermedades como la diabetes y la anorexia nerviosa.
Infecciones.
Enfermedad inflamatoria pélvica.
Tratamientos contra el cáncer como la quimioterapia y la radioterapia.
Cirugías pélvicas con extirpación de ambos ovarios.
Tabaquismo.
Exposición a pesticidas.
Es importante señalar que el fallo ovárico prematuro puede ser hereditario y las mujeres con madres o hermanas que lo padecen tienen mayor probabilidad de desarrollarlo.
¿Cómo se diagnostica el fallo ovárico prematuro?
Si tienes menos de 40 años y sufres alteraciones menstruales o cualquiera de los síntomas del fallo ovárico prematuro es recomendable que te realices un análisis de sangre entre el tercer y el quinto día de tu ciclo menstrual (si ya no menstrúas puedes hacerte el análisis cualquier día) para determinar si tus ovarios están funcionando correctamente. Un nivel alto de hormona folículo estimulante (FSH) y un nivel bajo de estradiol son evidencia del fallo ovárico prematuro.
Una vez obtenido el diagnóstico, es probable que tu médico repita el análisis para confirmarlo y realices algunas pruebas complementarias para determinar las causas del fallo ovárico prematuro. Asimismo, llevará a cabo un ultrasonido vaginal ginecológico, que le permitirá confirmar o descartar la presencia de folículos en tus ovarios.
Tratamientos para lograr el embarazo cuando se padece fallo ovárico prematuro.
Aunque no existe ningún tratamiento para restaurar el funcionamiento normal de los ovarios, la fecundación in vitro con donación de óvulos ofrece tasas de éxito de hasta 85 por ciento para las mujeres que desean ser madres.
En algunos casos en que la mujer aún cuenta con una pequeña reserva ovárica es posible llevar a cabo un tratamiento de inducción de la ovulación seguido de un ciclo de fertilización in vitro. Sin embargo, la reacción de los ovarios es con frecuencia insuficiente, por lo que tú y tu médico deben evaluar cuidadosamente esta posibilidad antes de comenzar con el tratamiento.
Si la mujer es menor de 40 años y no hay ninguna contraindicación, cualquier tratamiento que se elija debe ir de la mano de una terapia hormonal con estrógeno y progesterona. Ésta alivia los síntomas menopáusicos del fallo ovárico prematuro y ayuda a prevenir complicaciones como la osteoporosis.
Tu doctor te pedirá que tomes una dosis baja y la aumentes gradualmente hasta que tus niveles hormonales vuelvan a la normalidad. Generalmente, la terapia hormonal puede suspenderse sin peligro cuando la mujer con fallo ovárico prematuro llega a la edad natural de la menopausia.
El tratamiento del fallo ovárico prematuro debe acompañarse siempre de consejos de tu médico para un estilo de vida saludable que ayude a disminuir el riesgo de osteoporosis y enfermedades cardiacas.
QUE TODAS SUS ILUSIONES Y METAS SE CUMPLAN EN EL AÑO NUEVO.
FELIZ AÑO 2013.