Ladrilleras. Siguen las negociaciones con los obrajeros del municipio para que cambien de giro o se vayan fuera de la ciudad, entre ellos se han encontrado a cinco mujeres, a quienes se les insistirá para proteger la salud de sus hijos.
Se han encontrado cinco mujeres que operan ladrilleras entre las 80 con las que el Ayuntamiento negoció su remoción de la mancha urbana. Se trata de mujeres solteras, jefas de familia y para quienes el único ingreso económico es el de la producción de ladrillo, dijo Alicia Gamboa, presidenta de la Comisión de Equidad de Género.
Expresó que las féminas eran las dueñas y encargadas de los obrajeros, y con ellas trabaja el resto de su familia, es decir, los niños.
En algunos casos tienen niños pequeños, lo que hace suponer que cuando estaban embarazadas trabajaban en la ladrillera, con riesgo para su salud y la del bebé.
A ellas se les ha ofrecido que tras aceptar el derribe de su cocedor cambien de giro y ya no se dediquen a esta actividad que puede perjudicar la salud de toda su familia.
Se les explicó la importancia de buscar otro tipo de empleo para no dañar su salud, el cual les ofrezca a la vez un buen ingreso. También se les apoyará para que los niños tengan estudio y una buena alimentación.
De no aceptar esta propuesta, se espera que al menos se trasladen al Parque Industrial Ladrillero (PIL).
Estas féminas también recibirán la indemnización de 25 mil pesos, como el resto de los dueños que han aceptado la oferta del Gobierno.
La Regidora comentó que continúan las pláticas para que en el menor tiempo posible se logren sacar de la mancha urbana a las 272 ladrilleras que restan en la mancha urbana.
LO DEJAN
Una de las ladrilleras derribadas, a cuyo acto se invitó a los medios de comunicación, era de Encarnación López Chávez, quien llevaba 20 años en la actividad.
Ella y su esposo eran los dueños, pero el señor falleció, fue entonces cuando su hijo le ayudó por muchos años, después él abrió su propio obrajero y le dedica más tiempo.
La fémina decidió dejar el negocio porque ya no tenía muchas ventas y prefirió que sus tres empleados, de quienes dependen igual número de familias, trabajan con su hijo. Cuando tumbaron su obrajero tenía la idea de dedicarse a vender ropa y surtir el primer pedido.
