Fueron tres décadas de ausencia, en las que Rodolfo Rodríguez González no pisó ruedo lagunero alguno, pero esta noche en el Coliseo Centenario de Torreón, partirá plaza al son de parches y metales.
El "Pana" es hoy en día el matador de toros más controvertido por sus polémicas declaraciones, por su manera de vivir y sentir la fiesta brava, además de sus únicos brindis, como el de hace 5 años en la Monumental Plaza de Toros México, cuando le dedicó la suerte de su último enemigo a las que él llama "las del pico rojo".
"No hay día que no llegue ni fecha que no se cumpla, todo está escrito en el libro de la vida y si tenía que venir, pues aquí estamos, a cada capilla se le llaga su fiestecita", dijo el tlaxcalteca de 60 años de edad.
Un solo inconveniente se le presenta al torero nacido en Apizaco para esta noche: no le gustan las corridas nocturnas y advirtió el porqué.
"El toro bravo es un ser viviente como nosotros, y a esa hora ya está dormido. A nadie le gusta que lo levanten, menos para darle en la torre. Los animales cambian en comportamiento", señaló sin tapujos.
Para redondear la faena de su disgusto, con un pase de pecho recuerda que recientemente tuvo un triunfo significativo en Quito, Ecuador, a pesar de ser una corrida de toros en la noche.
"Ahí me di cuenta del cambio, las luces molestan mucho a los toros, no embisten bien como con luz natural, pero cada ciudad tiene sus razones, a donde fueres, a lo que vienes", dijo con un paso doble.
¿Pretexto? Para nada, el "Pana" toma el capote y con una verónica asegura que con él partiendo plaza, el espectáculo está garantizado, pese a que nunca se sabe lo que va a suceder, o hacer.
Por chicuelinas advierte que a sus 60 años de edad, 43 como torero, de los cuales 33 han sido como matador de toros, la gente en las diferentes plazas de México y en el extranjero lo van a ver con mucha curiosidad.
Solicitando el cambio de tercio, Rodríguez González menciona: "Al 'Pana' no hay que perderle detalle, porque no se sabe. En ciudades como Guadalajara, Aguascalientes, la gente se levanta de su barrera, me enseña su boleto y me apoya, eso es lo importante".
Recuerda que en esta difícil profesión, no se trabaja, se es matador de toros, por lo que debe insistir, persistir y resistir, porque en esta vida sólo trasciende lo que permanece.
SU APODO
Su inconfundible mote se remonta a una de las profesiones que practicó hace tiempo: la de panadero; en un principio era el "Panaderito de Apizaco".
Pero los aficionados le tomaron cariño y para efectos de un apelativo más digerible, incluso para ponerle en los carteles, apareció como el "Pana".
Este apodo afloró más el miércoles, a su llegada a la Comarca Lagunera, ya que lo hizo a primera hora: "No me habían levantado tan temprano, desde mis tiempos de repartidor de pan, cuando lo hacía entre 5:30 y 6:00 de la mañana".
Confesó que a raíz de la tarde mágica que tuvo en el coso de insurgentes el 7 de enero de 2007, tuvo adjetivos como el "Brujo de Apizaco" la "Leyenda del Toreo", "El Emisario del Pasado" "La Revolución Mexicana, el Pana", por lo que lo motiva estar en el ánimo de la gente.
El "Pana" toma la muleta y sale de las tablas para dejar en claro que las corridas de toros son una fiesta tan hermosa, maravillosa e inmortal, que también tiene sus detractores, entre ellos los antitaurinos, quienes defienden desde su punto de vista la crueldad que existe dentro de la fiesta.
"Pero si nos vamos a lo general, la vida es dura desde que naces, es cruel. Naces llorando y mueres llorando. En la fiesta hay enemigos también, pero ellos están dentro, aunque se dicen ser tus amigos".
Aceptó que el campanazo que dio hace cinco años, tuvo un eco internacional, ya que fue en una plaza de primer orden y categoría. La cataloga como una hazaña única y difícil de igualar.
"La mayoría de mis seguidores son los chavales, porque me ven como un héroe. No me hubiera arriesgado de hacer el ridículo, ni a fracasar en tantas ocasiones si no estuviera plenamente convencido que nací para torero".
Sin temor alguno, hace cuentas y se aventura al decir que en su carrera en los ruedos, sólo el 20 por ciento ha sido de triunfos, mientras que el 80 fue de fracasos.
PROHIBICIONES
"El Pana" está al tanto de la iniciativa de legisladores de prohibir las corridas de toros en Coahuila, pero dijo desconocer si tengan tintes políticos o sociales. Le da igual, él la defenderá con fundamentos y argumentos.
"Benito Juárez y Venustiano Carranza las prohibieron, pasaron los años y ellos se tuvieron que ir y la fiesta vivió. Ahora tanto los ambientalistas como nosotros, también nos vamos a tener que ir y la fiesta seguirá siendo inmortal".
El polémico torero dijo que ellos los taurinos tienen que unir fuerzas para que, con documentos y argumentos sólidos, no dejen morir la fiesta brava, reconociendo que a lo mejor se puede llegar a suprimir un poco la crueldad y barbarie que existe.
El "Pana" cambia de mano y da muletazos por naturales: "Aaaaaahh.... Pero cuando un toro mata a un torero, es cuando la fiesta se va más para arriba".
Por un momento se detiene en la conversación y prosigue, relatando que la propuesta de prohibir la fiesta brava, se las hicieron a personas que nunca se han parado en una plaza de toros.
"La fiesta genera empleos. Respecto a mí, me ha costado sangre, sudor y lágrimas. Miedos también, pero me jacto de ser un excelente matador de toros".
Lamentó que en Ecuador ya no lo dejaran matar a los toros, en una corrida donde salió triunfador alternando con Julio Aparicio, Finito de Córdoba, Javier Conde.
"Ahora en lugar de orejas, te dan una florecita o en su defecto dos, ahí vas dándole la vuelta al ruedo como 'maricón'. Es como si fueras médico cirujano y no te dejaran utilizar el bisturí".
También dejó en claro que los toros de lidia están bien registrados, llevan un control de calidad, con buena alimentación, pero tienen que morir y lo hacen con dignidad.
"Los ambientalistas buscan culpar a alguien por la muerte de los toros, por eso nos señalan, pero a quien deben de atacar es a Dios, porque Él le dio tanto a los gallos de pelea y al toro bravo, esa sangre, la cual no debe derramarse ni quedarse en granjas ni rastros".
Se entusiasma con las nuevas generaciones de toreros; es gratificante para él, que ya pinta sus canas, haber esperado tanto tiempo para ver salir figuras del toreo: "Fueron 33 años de espera".
Ya con el acero entre la muleta, alistando la suerte suprema adelanta: "Si el 'Pana' puede servir de peldaño para que alcance la gloria, lo hago con mucho gusto, ayudándoles en la taquilla con la gente, por el morbo de mis presentaciones, quizá por ver al viejito a ver si se cae, a ver si lo mata un toro y deja de dar lata".
Esta noche partirá plaza con una regadera, porque dice que su paisano Uriel Moreno "El Zapata" levanta mucho polvo y no quiere aterrarse.
"Lo del 'Pana' no representa algo para las nuevas generaciones, sino para gente fuera del ambiente taurino, quienes han perdido la esperanza, que no esperan la luz del nuevo día, hay que resistir y aguantar, al final por más oscuro que esté, es cuando más surge ese brillo. Esto es una rueda de la fortuna, Dios siempre está con nosotros". Olé.
La última vez
"El Pana" está de regreso en La Laguna
n Desde 1981, "El Pana" no se presentaba en Torreón, cuando alternó con el maestro Mariano Ramos y Marcos Ortega con toros de San José de Buenavista, a quien él les llama "los Jaboneros".
Nacido para torear