China rechazó hoy acusaciones de que un prominente activista surcoreano fue brutalmente torturado mientras estuvo bajo su custodia.
La cancillería china sostuvo que el gobierno realizó una investigación sobre el caso conforme a la ley y se comprobó que los derechos legítimos del defensor de derechos humanos surcoreano estuvieron garantizados.
Los comentarios del Ministerio de Asuntos Exteriores de China representaron la primera reacción oficial de Pekín a las demandas de que el prominente activista, Kim Young-hwan, fue torturado con descargas eléctricas, palizas y otros abusos.
Kim, quien pasó cuatro meses en detención, fue expulsado de China y regresó a su casa a principios de este mes.
Kim Young Hwan y otros tres activistas surcoreanos que intentaban ayudar a los desertores norcoreanos refugiados en China a llegar hasta Corea del Sur fueron detenidos el pasado mes de marzo acusados de poner en peligro la seguridad nacional del gigante asiático.
La semana pasada, Kim fue extraditado a Corea del Sur, donde denunció que las autoridades chinas han abusado física y psicológicamente de él durante su detención. Los medios locales han detallado que ha sido víctima de descargas eléctricas.
Kim, de 49 años de edad, es el ex líder de un partido político de izquierda que se reunió con altas autoridades norcoreanas en Pyongyang en 1991.
Después se convirtió en uno de los principales críticos del régimen comunista y actualmente trabaja para una organización humanitaria surcoreana.
"En el curso del manejo de este caso, las autoridades chinas realizaron la investigación pertinente conforme a la ley", señaló el ministerio en respuesta a una pregunta de la agencia surcoreana de Noticias Yonhap.
"China garantizó los derechos legítimos del surcoreano involucrado en el caso", senaló la cancillería china que añadió que transmitió esta postura al gobierno de Corea del Sur.
Kim junto con otros tres activistas fueron detenidos en marzo pasado, bajo la sospecha de poner en peligro la seguridad nacional de China, una acusación que se cree está relacionada con su campaña para ayudar a los desertores norcoreanos escondidos en ese país.
Kim reveló detalles de los presuntos abusos, afirmando que se le privó del sueño durante una semana a partir del 10 de abril.
Además de que fue golpeado gravemente en la cara y le aplicaron descargas eléctricas durante una sesión de tortura que se prolongó durante alrededor de cinco a ocho horas en la noche del 15 de abril.
El caso ha mostrado signos de convertirse en un punto de fricción diplomática entre los dos países.
El activista surcoreano pretende denunciar a China ante el Tribunal Penal Internacional (TPI) por torturarle durante su detención.
