Estas partículas permiten que las gotas de agua se condensen y formen nubes densas y brillantes que reflejan la energía solar.
Dejar de emitir aerosoles, en busca de tener un ambiente más limpio, puede ser contraproducente porque el planeta se calentaría, "esta es una paradoja en los temas del cambio climático" aclaró Rafel Simó, de la Universidad de Barcelona, en conferencia en el Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En 1875 P. J. Couriel demostró que para formar nubes era necesario, además de agua de vapor, aire "sucio" para que existierán los núcleos suficientes sobre los cuales las gotas de agua pudiesen agruparse.
Los aerosoles funcionan como condensadores de nubes, las cuales enfrían el ambiente al reflejar la radiación solar y formar concentraciones de agua que se precipitan. De disminuirse su emisión los gases de efecto invernadero calentarían más el planeta, explicó el experto
Para que las nubes reflejen la radiación solar es necesario que tenga los aerosoles necesarios que les permitirán formarse con muchas gotas pequeñas, con lo cual tendrían un color blanco, denso y brillante, que rebotaría la energía solar, que en caso contrario llegaría a la superficie terrestre donde se manifestaría como calor.
Los aerosoles tiene diferentes fuentes, pueden surgir del polvo de desiertos, incendios forestales, la quema de biomasa, los océanos y de las actividades del hombre.
Las concentraciones urbanas arrojan partículas a la atmósfera provenientes de la industria y de la actividades cotidianas del hombre, entre ellas los gases de efecto invernadero como el CO2 e hidrocarburos, los cuales calienta más el planeta de lo que los aerosoles logran enfriarlo actualmente.
El océano por su parte, además de captar CO2 y radiación solar, también emite aerosoles como son la sal de mar, materiales orgánicos y sulfatos. El aire es el que se encarga de alzar las partículas y llevarlas a la atmósfera para que entre en contacto con el vapor de agua.
En la conferencia que se llevó a cabo en el marco de los 35 años de la fundación del CCA de la UNAM, se explicó que de no existir las partículas suficientes para la condensación de agua, las nubes estarían formadas por pocas gotas grandes de agua que poco reflejarían la energía solar y permitirían el calentamiento de la Tierra.
