Enfermedad. Dulce Pereda Ezquerra, lucha día a día para ganarle la batalla al cáncer de mama.
Después de recibir la noticia de que tenía cáncer de seno, Dulce Pereda Ezquerra se prometió que no moriría por esta enfermedad. Su lucha aún no termina, a pesar de todos los tratamientos, pero está dispuesta a hacer lo necesario para sobrevivir.
El seis de enero de 2010, Dulce se detectó una bolita en el seno mientras se bañaba. En toda la noche no pudo dormir esperando hablar con su ginecólogo: "estaba muy angustiada pensando qué estaba pasando con mi cuerpo".
Dulce Pereda, es directora del sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de Torreón. Desde su puesto trata de fomentar entre las mujeres la importancia de la autoexploración del seno y la realización de mastografías para prevenir el cáncer de mama.
Recuerda que sólo unos días después de haberse tocado la bolita en el pecho, le dijeron que tenía cáncer de seno.
"El doctor me vio un lunes, y el jueves ya me estaba diciendo que era cáncer de mama". Después se sometió a una cirugía y vinieron las quimioterapias, las radioterapias y las vacunas.
"Pensaba en mi hija Tamara, soy madre divorciada y soy responsable de ella, por fortuna conté con el apoyo de mi familia y de mis amigas, porque en esta enfermedad pasamos por momentos muy complicados y es necesario dejarte querer".
EL TRATAMIENTO
Muchas veces se cuestionó por qué entre tantas mujeres, le había pasado precisamente a ella. Por fortuna, no fue necesario extirparle el seno, pero debido a la quimioterapia perdió su cabello y bajó mucho de peso.
Con su enfermedad, Dulce aprendió a valorar las cosas más simples de la vida y a llevar una dieta saludable y hacer ejercicio. "Necesitaba estar muy fuerte para soportar el tratamiento de quimioterapia, pero siempre estaba con el temor de que el cáncer se expandiera a otra parte del cuerpo".
La quimioterapia fue lo más difícil porque su cuerpo la rechazó, al grado de que su médico modificó el tratamiento porque ya no podía más con las náuseas y dolores intensos.
Considera que tener fe ciega en sus médicos le salvó la vida. Raúl Domínguez, ginecólogo, Raúl Verano, cirujano oncólogo, y Francisco Rosales, oncólogo, son los especialistas que la han acompañado en su enfermedad.
"He seguido al pie de la letra sus instrucciones, y también el paciente los complementa, porque cuando tienes cáncer te das cuenta que hay muchas mujeres con esta enfermedad que te dan consejos para sobrellevar los tratamientos".
Cuando le detectaron el cáncer de seno, Dulce era directora de Radio Torreón y estaba por ingresar a Simas. Por fortuna, dice, el alcalde Eduardo Olmos la apoyó en su enfermedad y en agosto de 2011 la nombró directora del DIF de Torreón.
"También recibí el apoyo de muchas mujeres que han pasado por esta enfermedad, son unas sobrevivientes y son ejemplos para todas las personas".
'HAY QUE CAMBIAR LA MENTALIDAD' Desde su trinchera, trata de hacerles saber a todas las mujeres que detectar a tiempo el cáncer de seno es la diferencia entre la vida y la muerte.
"Para las mujeres todo es más importante que su propia salud. El trabajo de la casa, del esposo y de los hijos, no se va a acabar jamás, ya es tiempo de cambiar esa mentalidad, porque sólo estando bien con nosotras mismas podremos estar al 100 por ciento con los demás".
Ahora, Dulce se siente mejor. Ha recuperado peso y su cabello volvió a crecer. Aún está en tratamiento y aunque siempre está presente el miedo de que el cáncer regrese a su cuerpo, todos los días lucha para que eso no suceda.
"No sé de qué me vaya a morir, pero de esta enfermedad no será, porque no estoy dispuesta a darme por vencida".