Estados Unidos descartó la "presencia operacional" o "evidencias de vínculos" entre organizaciones terroristas y organizaciones criminales que amenacen desde México la seguridad nacional de Estados Unidos.
A pesar del atentado frustrado en octubre del año pasado, cuando autoridades de Estados Unidos arrestaron en Nueva York a Manssor Arbabsiar, un ciudadano estadounidense de origen iraní que había intentado contactar a un supuesto integrante del cártel de Los Zetas, para atentar contra el embajador de Arabia Saudita, Adel A. Al-Jubeir, y realizar ataques contra la embajada saudí y la de Israel en esta capital, el gobierno estadounidense no ha encontrado evidencias de una alianza entre el terrorismo internacional y los cárteles de la droga.
"No ha habido evidencia de vínculos entre organizaciones criminales mexicanas y grupos terroristas", señala el informe anual del Departamento de Estado, sobre actividades terroristas en todo el mundo.
"El gobierno de México se ha mantenido vigilante contra amenazas terroristas domésticas e internacionales". Además, "ha aumentado las labores de cooperación contraterrorista con Estados Unidos y sus vecinos al sur para reforzar el control de todas sus fronteras", apunta.
Hace apenas dos años, el Departamento de Estado había manifestado en su informe anual su preocupación por la creciente utilización de "tácticas terroristas" de los cárteles de la droga en México y su amenaza potencial a la seguridad de Estados Unidos.
"Los cárteles de manera creciente usan tácticas terroristas estilo militar para atacar a las fuerzas de seguridad (mexicanas)", indicó el Departamento de Estado en su informe anual sobre el terrorismo difundido en 2010.
Dos años más tarde, el informe anual sobre actividades terroristas se caracteriza por su lenguaje prudencial en relación a la supuesta amenaza terrorista. Una amenaza que, legisladores del partido republicano, han agitado continuamente para advertir contra la amenaza terrorista de Hamas o Al Qaeda y sus posibles alianzas con los cárteles de la droga mexicanos.
"El gobierno de México ha continuado mejorando las habilidades de sus fuerzas en acciones de contraterrorismo. Estados Unidos ha apoyado estos esfuerzos mediante el entrenamiento de agentes y agencias de seguridad, de la información compartida y a través de una mayor cooperación entre las agencias federales" de los dos países, señala el informe.
"México permanece como un socio crítico dentro del programa de asistencia antiterrorista del Departamento de Estado", se subraya al enlistar los esfuerzos del gobierno mexicano para aumentar la coordinación del patrullaje y las inspecciones en la frontera con Estados Unidos.
Además, se destaca el despliegue de una mayor seguridad en la frontera con Guatemala y Belice, a donde se han desplegado fuerzas de seguridad adicionales y se han establecido incluso controles biométricos.
Finalmente, el informe resalta -pero no valora-los esfuerzos del gobierno de México en la lucha contra el lavado de dinero. Señala que, como miembro del Grupo de Acción Financiera (FATF por sus siglas en inglés), México se ha sumado a las labores de coordinación y monitoreo para combatir el lavado de dinero y el financiamiento al terrorismo.
Señala que, a raíz del anuncio de una estrategia nacional para prevenir y combatir el lavado de dinero y financiar al terrorismo, las regulaciones se han reforzado en distintas áreas para tratar de atajar una actividad que ha sido un continuo quebradero de cabeza.
En agosto del 2010, el presidente Felipe Calderón anunció una serie de medidas contra el lavado de dinero para "golpear contundentemente" las finanzas de la criminalidad, limitando la compra de casa, autos, barcos y aviones, joyas y hasta las apuestas.