Desde que se anunció la salida de Javier Aguirre de la dirección técnica del Zaragoza, las especulaciones se desataron sobre el futuro de los mexicanos Efraín Juárez y Pablo Barrera, quienes no habían cumplido con las expectativas que se giraron con su contratación.
Al final de cuentas, fue Juárez quien quedó fuera del club. Es alta la probabilidad de que el ex jugador de Pumas, cuyos derechos federativos son del Celtic de Escocia, regrese a México los próximos seis meses.
No es la primera vez que un futbolista no rinde y el préstamo no funciona.
Luis Hernández fue de los que fracasaron cuando emigró con el Boca Juniors de Argentina, donde no jugó ni un partido. La contratación de Alberto García Aspe, con el River Plate, fue duramente criticada, lo que obligó al ahora comentarista dejara la institución.
Francisco Palencia y Germán Villa, ambos con el Espanyol de Barcelona, tampoco pudieron cumplir con las expectativas y dejaron con más pena que gloria el balompié ibérico.
A pesar de que tuvo destellos de buen futbol, Cuauhtémoc Blanco no se consolidó con el Valladolid, en gran medida a la grave lesión que sufrió con la selección mexicana y que lo alejó de las canchas cerca de un año.
Omar Bravo no cumplió ni una temporada con el Deportivo La Coruña, al igual que Miguel Layún con el Atalanta de Italia. Ambos pasaron desapercibidos.
Recientemente, después de media campaña en el balompié croata con el HNK Rikeja, Heber Alférez prefirió regresar al balompié mexicano para enrolarse con los Potros de Hierro del Atlante.
Esta vez, Efraín Juárez fue señalado como uno de los responsables de que el Zaragoza se encuentre en el sótano del balompié español, y la directiva no dudó en darle las gracias.
