¡No te aguantes!
Hoy en día la mayoría de la gente se da tiempo para atender infinidad de cosas, a veces a costa de su propia salud; por ejemplo, son incontables las personas que a menudo prefieren ignorar sus ganas de ir al baño para darle preferencia a otra actividad, sin saber los serios problemas a lo que se exponen por ello.
Por falta de tiempo, por pena, por no contar con un lugar higiénico a la mano o simplemente por pereza, día tras día hombres y mujeres de todas las edades deciden aguantarse las ganas de ir al baño, ya sea para orinar o defecar. Al desconocer el daño que esta acción mínima podría causar a su organismo, hacen de esta práctica algo rutinario. Si usted pertenece a ese grupo, lo invitamos a que la próxima vez que le den ganas de hacer “del uno” o “del dos”, tenga muy en cuenta la opinión de los especialistas al respecto.
CRUZANDO PIERNAS
Aunque muchos asocian las infecciones en vías urinarias con el hecho de aguantarse las ganas de hacer pipí por tiempo prolongado, el Médico Urólogo Josué Castillo asegura que no se tiene nada establecido sobre el daño que pueda causar dicha acción en un individuo sano.
Sin embargo las mujeres que han tenido embarazos, partos o se han sometido a una histerectomía (extracción del útero o parte de él), sí corren mayor riesgo de contraer una infección en las vías urinarias por no ir a orinar cuando les dan ganas, pues a menudo tienen una condición llamada ‘disfunción en el piso pélvico’, por la cual su mecanismo de micción se dificulta un poco, pues al aguantarse hay una contracción de la vejiga y distención de la uretra, lo que puede ocasionarles una infección al dejar restos de orina en su interior.
Por su parte los hombres con problemas de próstata (crecimiento prostático), o bien con estenosis de la uretra (inflamación por la presencia de un tejido), así como aquellos con enfermedad de Parkinson o diabetes, pueden sufrir severas complicaciones si se resisten a ir al baño.
En el caso de los niños, el urólogo indica que si nacen con alteraciones congénitas como riñones en forma de herradura u obstrucciones en los tubos de desagüe del riñón, podrían experimentar problemas en el vaciamiento de la vejiga y por lo tanto infecciones.
Dicho de otro modo: cualquier factor anatómico o funcional que haga que la orina se estanque, sumado a la retención de la orina, puede producir infecciones urinarias o problemas en los riñones.
Cabe señalar que necesitamos tomar diariamente una buena cantidad de agua, entre 30 y 35 mililitros por cada kilo de peso. Asimismo, debemos orinar en promedio cada dos o cuatro horas, cuando nos salimos de ese rango es señal de que algo anda mal.
“DEL DOS”, ASUNTO SERIO
Se habla poco acerca de los riesgos de aguantarse las ganas de defecar, no obstante puede ocasionar graves problemas en la salud, desde simple estreñimiento hasta la muerte. “De manera inicial se puede propiciar un daño que podría ir evolucionando al generar cambios o resistencia en la pared del intestino”, explica el Médico Gastroenterólogo Santiago Ávalos.
Y es que al contener la necesidad de evacuar aumenta la presión en el ancho del intestino grueso, el cual se ve obligado a adaptarse a una nueva situación, generándole estreñimiento.
El doctor explica que cuando una persona tiene sus hábitos intestinales ‘normales’, es decir, que va todos los días al baño sin dificultad, con forma y lubricación, y de pronto nota que alguno de estos factores varía, es señal de que algo no está bien.
Además de estreñimiento, no ir al baño a tiempo ocasiona que el intestino tienda a hacerse perezoso o incluso llegue a crecer en longitud y en diámetro, sobre todo en la parte final, dando lugar a lo que se conoce como hemorroides. Éstas pueden ser internas o externas. Una vez que aparecen, a menudo surge otra complicación llamada diverticulosis del colon: pequeños sacos en la pared del intestino grueso. Las circunstancias se complican cuando dichos sacos se llenan de excremento, generando una grave infección. También son susceptibles de inflamarse, sangrar e incluso romperse, dando lugar a una fuga del intestino hacia la cavidad del abdomen y provocando a su vez una peritonitis bacteriana, “capaz de ocasionar un cuadro abdominal grave y costar la vida”, recalca Ávalos.
Esta problemática la llegan a padecer tanto hombres como mujeres. En los niños es más atípica, pues ellos difícilmente se aguantan las ganas de ir a “hacer del dos”, al no tener restricciones de horarios ni prejuicios para ir en cualquier lugar.
Vale la pena decir que otro riesgo para quienes tienen la mala costumbre de esperar para ir al baño, es la posibilidad de desarrollar un cáncer de colon.
ESCUCHE A SU CUERPO
Los especialistas coinciden en que lo ideal es hacer caso a las sensaciones corporales y no retrasar la visita al baño, a fin de evitar cualquier riesgo para la salud. Si la situación no es sencilla (por ejemplo si no hay alguna instalación sanitaria cercana) se puede retrasar hasta media e incluso una hora, pero no más. “Entre más tiempo pase, se va perdiendo el reflejo de evacuar, el intestino se adapta y es cuando aparece una serie de complicaciones”, advierte el gastroenterólogo.
Otras indicaciones a tener siempre en cuenta para ayudar a nuestro cuerpo son: beber suficiente agua e ingerir alimentos que contengan fibra, para contar hábitos intestinales normales (una o dos evacuaciones al día). Dese tiempo para lo que en realidad importa: cuidar su salud.
Correo-e: amiranda@elsiglodetorreon.com.mx
Fuentes: Médico Urólogo Josué Castillo; Médico Gastroenterólogo Santiago Ávalos