Noche 'Hermosa'
Con tres cuartos de plaza, inicia la corrida nocturna a la hora acostumbrada. El triunfador de la noche resultó ser Pablo Hermoso de Mendoza, con dos orejas en su primero y rabo en el segundo confirmó su sitio en el trono del rejoneo mundial; en el caso de los artísticos toreros de a pie, Uriel Moreno "El Zapata" escuchó palmas en su primero y dos orejas y vuelta al ruedo en su segundo; Antonio Lomelí (hijo) obtuvo una oreja por ejemplar. Los jugadores albiverdes Hérculez Gómez y Marc Crosas estuvieron presentes como invitados de honor acompañando al matador Arturo Gilio en el callejón.
PABLO HERMOSO DE MENDOZA
Montado en su blanco corcel sale de la puerta de cuadrillas el mejor rejoneador del mundo, recibe cabalgando a la grupa a su enemigo bautizado con el nombre de "Gran Señor" a quien le coloca los rejones de castigo, para luego cambiar de corcel y ejecutar la suerte de banderillas ante la algarabía de la afición que estalla en júbilo al admirar cómo el corcel fusionado con el jinete escapan del astado. El navarro solicita "La Filomena" para colocar las banderillas cortas y coronar la suerte con el teléfono y el morrillo del toro quedó plenamente adornado. A la hora de la verdad el rejón de muerte se hunde con efecto fulminante, el español recibe dos orejas, palmas y vuelta al ruedo. Mientras su enemigo es premiado con arrastre lento.
El cuarto de la noche resultó ser "Algodonero", encastado toro jabonero que es recibido por el rejoneador ejecutando la suerte de banderillas, nuevamente cambia de corcel para colocar las banderillas cortas, desplantes y giros frente al toro, seguidas de la suerte del teléfono. El clarín anuncia el último tercio y el navarro hunde el acero, con alarde de valor el corcel muerde al toro despidiéndolo así de este mundo. Como resultado artístico, el español recibe rabo ante la división de opiniones del respetable, sin embargo el navarro feliz pasea sus trofeos dando vuelta al ruedo.
URIEL MORENO 'EL ZAPATA'
Recibe a "Pavo" ejecutando variadas suertes de capote con las rodillas en la arena y de pie en el centro del ruedo, la suerte de banderillas la ejecuta con sobradas facultades galleando y saliendo con quiebres de la suerte colocando un par al violín y de inmediato los otros dos pares de aretes, sin mostrar dolor por las heridas de su carne, vestigio de tarde reciente, torero valiente, macho y entregado, la afición le reconoce con el olé y cascadas de palmas; con la muleta enfrenta a un enemigo bien armado, ejecutando el pase del desdén, doblones, desplantes de espalda a su enemigo y sale del sitio con garbo, su enemigo muere al descabello y el torero escucha palmas.
El quinto de la noche fue "Aguador", recibido por "El Zapata" meciendo las muñecas y ejecutando magistralmente repetidas verónicas, el toro es enviado al castigo, el tercio de banderillas es colocado por el matador con dotes de poder, sólo del tercer par se desprende un arete. Con la muleta inicia labor con doblones rodilla en la arena obligando así a que su enemigo humille y acuda al engaño, muletazos por derecha mandones y aterciopelados dibujando la pintoresca faena, teniendo como lienzo el ruedo del Coliseo y como inspiración a toda una afición que se entrega y reconoce el valor tras los desplantes del torero ante su enemigo. En el cruce de voluntades Uriel Moreno hunde el acero hasta la empuñadura y recibe como premio tan sólo un par de orejas, al dar la vuelta al ruedo la afición se le entrega y reconoce su esfuerzo.
Antonio Lomelí (hijo)
En su presentación en el Coliseo recibe al primero de la noche, denominado “Buen Trato”. Inicia con la capa pegando quites por zapopinas, el capote en su vuelo dibuja las “Alas de Mariposa”, el cónclave festeja con el olé. Pisa la muleta y cae a la arena, el toro hace por él y le pega con la testuz y el pitón pasa muy cerca de las extremidades del novel espada, los subalternos ingresan hacen el quite y bregan al toro evitando el peligro, Lomelí decide abreviar y pasaportea a su enemigo al segundo intento, el del biombo otorga una oreja y el coleta la pasea dando vuelta al ruedo.
El cierraplaza resultó ser “Acueducto”, el hijo de la leyenda ejecuta vistosa suerte de capote, y luego de la de banderillas inicia labor con la muleta realizando el péndulo, emulando la suerte ampliamente dominada por su padre, continuando labor por naturales. A la hora de la verdad el toro muere de fulminante estocada, el juez le otorga una oreja. Finalmente los tres toreros salen a hombros del ruedo.
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