El ajo crudo tiene propiedades antisépticas, fungicidas, bactericidas y depurativas. Las excelentes cualidades diuréticas son también ampliamente conocidas y divulgadas. Por todo esto, el ajo se ha utilizado desde la antigüedad para tratar diversas afecciones. Las propiedades beneficiosas del ajo son tales que incluso se ha llegado a hablar de propiedades anticancerígenas del ajo en muchos estudios recientes. El ajo tiene propiedades antibacterianas ya que ayuda a combatir un buen número de bacterias, virus y hongos. Esta acción antibacteriana del ajo es debida a la alicina, que además de incrementar las defensas del organismo, también es útil para preservar la inocuidad de otros alimentos o de comidas específicas.
El ajo reduce el colesterol y la presión arterial pues su contenido en compuestos sulfurados contribuye a mejorar la circulación de la sangre ya que reduce el bloqueo de las arterias. Esta propiedad del ajo reduce el riesgo de inflamaciones y todas aquellas enfermedades asociadas a un inadecuado flujo sanguíneo y a una incorrecta oxigenación de los tejidos. Debido a esto, el ajo puede ser un remedio que ayude a reparar los daños causados por la arterioesclerosis y alivia la caludicación intermitente. Por todo esto se puede considerar el ajo una planta medicinal.
El ajo posee vitaminas del complejo B, así como vitamina C, vitamina A y vitamina E, en cantidades más reducidas. Debido al contenido en vitaminas del ajo, puede ayudar a suplir carencias vitamínicas y además, tiene un leve efecto antioxidante, contiene minerales como el calcio, fósforo, potasio y magnesio, necesarios para la correcta contracción muscular y el adecuado funcionamiento del sistema nervioso, que favorecen una buena salud cardiovascular.
Algunas otras propiedades del ajo son ser bajo en calorías, rico en nutrientes y muy aromático. Por estos motivos, el ajo es una buena opción para dar sabor a las comidas. Así se puede reducir el uso de otros ingredientes no tan saludables como la sal, reduciendo de esta forma la ingesta de sodio.
Es útil para curar picaduras o mordeduras de animales, especialmente insectos. También se puede utilizar como desinfectante para la mayoría de afecciones de la piel como hongos, heridas, llagas y quemaduras. Usado externamente también puede servir para combatir la sarna, las verrugas o los callos. El ajo es generalmente seguro pero algunas personas pueden padecer reacciones alérgicas con síntomas como irritación de la piel o problemas gastrointestinales, tiene propiedades anticoagulantes y debido a esto se debe suspender su uso previamente a cualquier intervención quirúrgica o extracción dental. Otra cosa, debido a todas las propiedades beneficiosas del ajo, no se debería prescindir de él por evitar el mal aliento. La relación entre ajo y mal aliento es algo que se puede evitar o reducir siguiendo unos sencillos consejos: Lavarse muy bien los dientes y la lengua es básico para evitar el mal aliento ocasionado por el ajo. Otro consejo para evitar el aliento a ajo es tomar una limonada que lleve sólo limón y nada de azúcar ni tampoco agua. El zumo de limón es bastante agrio, pero es muy efectivo para eliminar el olor a ajo. Si después de tomar el zumo de limón todavía se nota olor a ajo en el aliento, se puede enjuagar la boca con una cucharadita de bicarbonato de sodio. Si después de los consejos anteriores se continúa con olor a ajo en el aliento, se puede probar masticando una ramita de perejil o comiendo algo dulce.
Las proporciones de los nutrientes del ajo pueden variar según el tipo y la cantidad de la verdura, además de otros factores que puedan intervenir en la modificación de sus nutrientes. Según la preparación del ajo, pueden variar sus propiedades y características nutricionales.
Este alimento, pertenece al grupo de las verduras frescas. El ajo es un alimento con multitud de propiedades, entre las que se incluyen ser un estimulante y expectorante, ha sido utilizado tradicionalmente como antiséptico a través de la historia. Uno de los usos del ajo ha sido en muchas ocasiones el tratamiento de las afecciones respiratorias como la tos, el asma, bronquitis o tuberculosis. Estudios recientes apuntan a la posibilidad de que el ajo sea beneficioso en la prevención del cáncer.
Aprovecho este espacio para agradecer a mi amiga Graciela García, ser una de mis múltiples lectoras y que ha sabido valorar estas aportaciones a la salud humana, de esta manera viviremos más felices.