ASOCIACIÓN DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A. C. (PSILAC).
CAPÍTULO ESTATAL COAHUILA DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA.
EL ESTRÉS QUE VIVIMOS
SEXAGÉSIMO TERCERA PARTE.
Gracias a una muy bien orquestada publicidad, y a la apertura reciente de una estación de radio del gobierno estatal, que estamos celebrando, hemos descubierto ahora que somos poseedores del honor, de la dicha y de la suerte de habitar el Estado más feliz y jocoso de la República, un Estado casi de Nirvana, en el que todos los coahuilenses sonreímos constantemente, y por ende, seremos capaces de vivir en armonía y felicidad. Aunque no está claro del todo si tal publicidad se refiere a la posesión de un estado emocional o espiritual, o simplemente si se trata del estado geográfico que habitamos, ni de las zonas específicas del Estado en las que se sonríe mejor y con mayor entusiasmo, ya sea que se trate obviamente de la zona capitalina, aunque tal vez se refieran igual a la Comarca Lagunera, al norte fronterizo o a nuestros vastos desiertos. Cierto que son muy ingeniosos semejantes slogans, que nos orientan psicológicamente y con gran alborozo a la persecución de la felicidad, al desarrollo de un futuro irreconocible, gracias a esa interminable y muy envidiable capacidad de sonreír que nos sale del alma. Y ellos tienen razón, la risa por sí misma se convierte igualmente en un excelente canal para desahogar el estrés y la ansiedad, gracias a ciertos mecanismos psicológicos y fisiológicos que desencadenan en nosotros reacciones algo semejantes al ejercicio físico o al uso de los deportes, algo que ya se había mencionado anteriormente. Se trata de mecanismos maravillosos que ayudan a descargar ese tipo de energía negativa que nos abruma bajo circunstancias estresantes y que sirve para equilibrar nuestra anatomía y nuestro cuerpo en general, en esa eterna lucha contra la ansiedad y contra todos aquellos factores estresantes que nos acechan. Con ese fantástico ingenio que caracteriza a nuestras autoridades estatales y municipales, que se notan sumamente preocupadas por protegernos t por encontrar los métodos necesarios para brindarnos el alivio del que estamos urgidos en estas épocas tan negras y poco esperanzadoras que vivimos, ellas han encontrado precisamente un método tan antiguo como el origen del ser humano mismo, que es la risa. Así, mediante el sentido del humor y quizás con tintes un tanto masoquistas, se nos recomienda la sonrisa, la risa y hasta la carcajada, como una forma de enfrentar con mayor o menor profundidad todos los diferentes problemas que nos aquejan, sean: económicos, sociales, políticos, culturales, religiosos, familiares, maritales, educativos, de violencia, de estafas y fraudes, de inseguridad, de robos, extorsiones y secuestros, de las alzas de unos impuestos que se evaporan, de las deudas públicas y privadas, de las mentiras y las falsas promesas sin cumplir, de la corrupción, del desempleo, del transporte público, de las adicciones y del lavado de dinero, así como de todo aquello que nos contamina y nos abruma, pero que ahora podemos neutralizar con una nueva solución que es la sonrisa. Una novedosa y segura receta para los coahuilenses, con la que podremos alcanzar la paz, la beatitud, la armonía y el equilibrio emocional interno y externo gracias a esta innegable capacidad que poseemos para sonreír. Con ella entonces, lograremos neutralizar la rabia, la desconfianza, la impotencia, la irritación, la desilusión, la tristeza, la culpa, la vergüenza, la impunidad, la desesperación, la desesperanza, el miedo, la incertidumbre y tantos otros sentimientos básicos, simplemente con el valor de una sonrisa.
Pero en seguida y obviamente, tendremos que buscar entonces a quien o a quienes les dedicaremos nuestras mejores sonrisas, risas o inclusive carcajadas, ya que de acuerdo a la intensidad del fenómeno y de los sentimientos, tendrá que ser también el volumen y tono de nuestra hilaridad hasta desternillarnos para aniquilar así el estrés y la ansiedad que enfrentamos. Es importante pues, reconocer que alguien se preocupa de nosotros, de la gente y piensa con esa profundidad psicológica al recomendar una solución tan salomónica: una nueva solución que los coahuilenses debemos poner en práctica como otro más de los numerosos e infalibles mecanismos que nos ayuden a controlar tan serios niveles de estrés y de ansiedad. Y así pues, como dice la canción: "Ridi pagliaccio, ridi", "Ríe payaso, ríe", o "Rían payasos, rían" (Continuará).