EL ESTRÉS QUE VIVIMOS
Me parece que el tema del "Estrés que vivimos" se ha convertido en una larga jornada, tal vez tan larga como la que estamos viviendo en la actualidad, sin muchas señales de que pueda terminar. A lo largo de esta jornada y en este espacio, se ha tratado de comentar lo más detallado posible toda aquella información que ha sido posible recabar hasta el presente sobre lo que significa el concepto del estrés, relacionado con los sentimientos de ansiedad, así como los diversos trastornos psiquiátricos que pueden derivarse de este fenómeno. Se ha comentado el estrés como un fenómeno natural, normal y cotidiano al que todos estamos expuestos a lo largo de nuestra existencia, al igual que la ansiedad, que representa también nuestra forma normal de reaccionar ante lo desconocido, lo imprevisto, lo sorpresivo, lo traumático y todo aquello para lo que no estamos preparados en un momento dado, y que funcionan como estímulos y experiencias que nos sorprenden y nos asustan en mayor o menor grado. Pero además, se ha tratado de introducir el concepto de cómo tales fenómenos cuando son demasiado intensos o persistentes, pueden causar determinados trastornos específicos en aquellas personas genéticamente más sensibles y vulnerables, al combinarse además con la acción de ciertos factores ambientales ante el enfrentamiento con determinado tipo de experiencias agudas o crónicas, que rompen entonces el delicado balance de su salud mental. En tales casos, los niveles de ansiedad dejan de ser normales, para convertirse en reacciones mucho más intensas y patológicas, que es lo que conocemos psiquiátricamente bajo el nombre de trastornos de ansiedad. Así sucede en el caso de los ataques de pánico, del trastorno de ansiedad por separación, o de ansiedad generalizada, de las fobias en sus diferentes variaciones las fobias y muy especialmente de la fobia social que ocurre mucho más frecuente en nuestro medio de lo que pensamos, el trastorno obsesivo compulsivo, el trastorno de estrés postraumático, terriblemente común en nuestra comarca en el presente, como resultado de la ola de robos, secuestros, asesinatos y violencia que en general estamos padeciendo desde hace varios años. Finalmente, tenemos que tomar en cuenta también los trastornos de ansiedad provocados por enfermedades orgánicas, o por el uso y el abuso de alcohol, de otras drogas, e inclusive de cierto tipo de medicamentos.
Durante todo este periodo, me ha parecido importante hablar del estrés y la ansiedad, para crear una mayor conciencia en nuestra población de todos aquellos factores, que por pequeños que parezcan, o que creamos que sean y que por lo mismo no los detectamos ni les damos la importancia debida, pero que sin embargo nos producen niveles de estrés y de ansiedad de mayor o menor intensidad en forma cotidiana y crónica. Muchos de estos factores quizás pueden pasar desapercibidos y hasta son opacados por los altos niveles de violencia que estamos experimentando en los últimos años en nuestra Comarca, traducidos en secuestros, balaceras, robos, crímenes de todo tipo y asesinatos con características enfermizas, que han terminado con la tranquilidad y el buen dormir y descansar de la población en general. Situaciones todas ellas que nos han convertido en individuos cada vez más alertas, desconfiados, intranquilos, defensivos, aislados y hasta con rasgos paranoides, que hasta llegamos a perder el sueño ante lo que se ha convertido en una experiencia de vida cada vez más amenazante y menos placentera, en comparación con la que solíamos tener.
El poder comentar todos estos factores, así como los diferentes trastornos de ansiedad que pueden presentarse en la población, lo mismo en la infancia, que en la adolescencia o en las diferentes etapas del adulto, es una forma de resumir y compartir con los lectores mucha de la información disponible sobre nuestra salud mental, no siempre accesible fácilmente y a la que desgraciadamente no siempre se le da la importancia que requiere. Por lo mismo, también se han mencionado una variedad de estilos, actividades, métodos y recursos que tenemos en nuestras manos, y mediante los cuales se pueden combatir y superar los diferentes niveles de ansiedad que se nos presentan cotidianamente. Pero igualmente se ha hecho mención de los profesionistas como psiquiatras, psicólogos, terapeutas entrenados o médicos capacitados al respecto y de los métodos terapéuticos que utilizan a base del uso de psicofármacos, de diferentes estilos de psicoterapias, o de los demás métodos alternativos de tratamiento con los que se cuenta en el presente. Espero que tal información haya sido útil para orientar a nuestros lectores de una manera eficiente y productiva.