VAN GOGH, FILADELFIA Y LA PSIQUIÁTRICA AMERICANA
¿Cómo se pueden expresar con toda libertad e intensidad las emociones que día tras día enfrentamos los seres humanos, como parte de nuestra existencia y de nuestro cotidiano deambular por este mundo, a lo largo de nuevos caminos o de aquellos que recorremos una y otra vez? ¿Cómo es posible encontrar individuos que tengan esa habilidad y capacidad para expresarse magistralmente, creativamente y con toda la vitalidad de su ser, a través de la fuerza impactante de sus trazos, de sus rayones, de sus pincelazos; de la combinación acertada y desnuda de sus colores, del movimiento rítmico y desaforado de sus manchones, desde lo más profundo de sus entrañas que transmiten el oscuro vacío de su soledad, el avasallador torrente de su desesperación, la frágil trayectoria de su vulnerabilidad, la delicada labilidad de sus sentimientos a la vez que la maravillosa capacidad para reproducir toda la intensidad de la naturaleza y sus colores en los lienzos, al igual que esa innegable creatividad que se logra expandir y derramar en radiaciones vigorosas y penetrantes que exhalan una pasión atormentada y desbordante que se dispersa mas allá de los límites y las fronteras marcadas en el lienzo, hasta alcanzarnos, contagiarnos y mantenernos en una especie de trance hipnótico, que nos invade, nos traspasa y nos acerca atractiva y peligrosamente al espacio íntimo del artista? Desde el siglo pasado, Vincent Van Gogh ha sido capaz de lograrlo, ha sido capaz de hipnotizarnos y engancharnos con sus enormes girasoles, o de sumergirnos en las intensas tonalidades verdes de sus extensos pastizales o en los dorados resplandores de sus trigales, que parecen mecernos suavemente en su interior, o en las terribles y avasalladoras oleadas de manchones circulares de sus paisajes que nos succionan y nos envuelven sin misericordia hasta arrastrarnos en tantos remolinos furibundos y pasionales de colores, en los que la Naturaleza devora al ser humano y lo digiere? Van Gogh al igual que sus girasoles, se movía atraído por el sol y sus colores; parecía fascinarse con la Naturaleza, y el acercamiento e investigación detallada de la misma, se traducía en paisajes semejantes, que a su vez parecían alcanzar efectos tranquilizadores sobre sí mismo y sobre la acechanza inquieta, constante y avasalladora de sus emociones. Es mayo del 2012, el Museo de Arte de la ciudad de Filadelfia en Estados Unidos, está por clausurar una especie de "Mirada muy cercana de Van Gogh", como la más reciente exhibición de una serie de obras no tan conocidas del pintor, procedentes de muy diversos museos y colecciones del mundo, que tienen que ver y resaltan precisamente esa su visión e interpretación intuitiva, apasionada y convulsiva de la Naturaleza y del mundo.
Es julio de 1890, Vincent yace muerto en uno de sus admirados trigales en el sur de Francia donde residió sus últimos años, después de dispararse a sí mismo, posiblemente como consecuencia de una de las múltiples crisis emocionales que presentaba, y que algunos han diagnosticado en el pasado como posible esquizofrenia, mientras otros la han considerado como epilepsia y más recientemente se le ha dado el nombre de trastorno bipolar. Haciendo a un lado el debate sobre su diagnóstico, lo interesante en este caso, es el hecho de que precisamente el primer fin de semana de este mes de mayo, se clausuraba una exhibición tan importante como ésta, y curiosamente coincidía con la apertura del Congreso Nacional de la Asociación Psiquiátrica Americana en su 165 edición; un evento igualmente importante, que usualmente suele llevarse a cabo en el mes de mayo en alguna de las principales ciudades de los Estados Unidos, y que en esta ocasión se trató de Filadelfia en el estado de Pennsylvania, en la costa este del país. De alguna forma un tanto casual, ambos acontecimientos enlazaban aspectos importantes de la salud mental: Van Gogh desde el Museo de Arte, al representar en sí mismo esa extraña y enigmática combinación del genio creativo, que a la vez padece algún tipo de trastorno mental, para combinarse de algún modo con la investigación, el estudio y la exposición de tantos y tan diversos trabajos enfocados hacia el conocimiento y la comprensión de trastornos semejantes y su influencia sobre la salud mental en nuestro planeta (Continuará).
