ASOCIACIÓN DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL, A. C.
(PSILAC)
CAPÍTULO ESTATAL COAHUILA DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA
VAN GOGH, FILADELFIA Y LA PSIQUIÁTRICA AMERICANA
(SEXTA PARTE)
¿Cómo es posible integrar la capacidad sexual y la capacidad de amar de cada individuo, con sus instintos agresivos, como elementos psicológicos que todos llevamos dentro de cada uno? Desde hace tiempo, Otto Kernberg se ha preocupado de investigar temas semejantes a través de las relaciones interpersonales desde la orientación psicoanalítica, y como parte de ello, ha publicado numerosos artículos y libros. Precisamente, en este congreso de Filadelfia, presentó en una excelente y muy detallada disertación, fragmentos básicos de su recién publicado libro: "Amor y agresión", en el que se dedica a disecar cuidadosamente aspectos muy importantes sobre las relaciones de pareja en nuestra época, un tipo de relación sumamente complejo, cuyas bases se van formando a través del desarrollo físico y emocional de cada hombre y mujer desde su infancia, en lo que representa el ambiente familiar y la cultura a la que pertenece, influido naturalmente por el modelo de pareja de sus padres y el tipo de relación que se haya mantenido con cada uno de ellos en dichas etapas. El autor considera que nuestro sistema erótico es activado desde muy temprano en la infancia, al mismo tiempo que se activan el sistema de miedo y de pánico, con el sistema de apego (es decir la capacidad para formar relaciones). En esa forma, se pueden explicar tanto las fantasías idealizadas como las persecutorias que se dan en los niños y niñas paralelamente, reflejadas a su vez en las historias y cuentos infantiles, como un intento por integrar el bien y el mal, traducido asimismo en el intento por integrar las tendencias amorosas con las tendencias agresivas, lo que a final de cuentas, viene a representar su capacidad para amar y para odiar como capacidades que todos desarrollamos. Se trata entonces, de un proceso que se lleva a cabo desde muy temprano en la infancia, que además le permite al sujeto llegar a confiar en los demás y gracias a ello, desarrollar su capacidad para integrar su propia perspectiva del mundo, frente a la perspectiva de los demás. Lógicamente, estos sentimientos básicos de amor y odio van a fluctuar en intensidad al estar dirigidos a aquellas personas con las que se tiene un contacto más frecuente y más cercano, que serían la madre y el padre (o los sustitutos), lo que se traduce en una relación de ambivalencia, que varía de acuerdo a las circunstancias y a las experiencias cotidianas familiares. De acuerdo a Kernberg, se trata de una ambivalencia normal que ocurre bajo condiciones normales y permite la integración de tales sentimientos en la infancia. Sin embargo, pueden aparecer experiencias traumáticas e indeseables en la vida de cada sujeto, como sería el abuso físico y sexual, las muertes o el abandono de las figuras parentales, u otras causas que van a interferir en ese proceso de integración, lo que a su vez resultará en sufrimiento emocional y otro tipo de repercusiones a largo plazo en las relaciones interpersonales y sobre todo en la intimidad de las relaciones de pareja. Para Kernberg, el desarrollo de la capacidad del amor sexual es muy importante, de modo que mencionó además una serie de factores que la conforman, como son la identidad de género, los roles de género de acuerdo a la cultura en la que se vive, los aspectos genéticos, la intensidad de los instintos sexuales (que naturalmente se presentan desde muy temprano en la vida, con variaciones a diferentes edades que se traduce en la exploración del propio cuerpo y de otros cuerpos) y la elección de la pareja, sea heterosexual u homosexual, factores todos ellos que se tienden a integrar en cada individuo conforme transita por las etapas de la infancia y adolescencia hasta llegar a ser adulto, lo que le confiere características específicas y únicas, que le permitirán encontrar y relacionarse con una pareja. Para terminar, Kernberg también se refirió al tema de la infidelidad y la triangulación en las parejas, cuyos cimientos se forman igualmente en el núcleo familiar temprano en la interacción y la competencia que se da con el padre y con la madre. Sus comentarios finales estuvieron dedicados a la influencia de la educación religiosa y las imágenes que se tienen de las deidades como entes más o menos benévolos, que lo mismo pueden transmitir sentimientos de amor, comprensión y compasión, o igualmente de culpa, vergüenza, agresividad y castigo, lo que determina que haya religiones con una mayor carga de agresividad y prohibición de la sexualidad que otras. Como siempre, fue un privilegio el poder escuchar y aprender una vez más del Dr. Kernberg como maestro e investigador, y quedar invitado para complementar tales conceptos con la lectura de su libro (Continuará).