Nosotros Las palabras tienen la palabra VIBREMOS POSITIVO Eventos

NUESTRA SALUD MENTAL

Dr. Víctor Albores García

ASOCIACIÓN DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A. C. (PSILAC)

CAPÍTULO ESTATAL COAHUILA DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA

VAN GOGH, FILADELFIA Y LA PSIQUIÁTRICA AMERICANA

(DÉCIMA QUINTA PARTE)

Una mujer gime y protesta desconsoladamente la muerte de su padre a manos de su propia madre y del amante de ésta; un crimen terrible e impresionante dentro de una familia disfuncional, que Sófocles narró desde el lejano pasado, y dejó grabado para la posteridad como una de esas famosas tragedias griegas, en la que el rey Agamenón, ausente por diez años de su reino en Micenas durante la guerra de Troya, había sacrificado a su hija Ifigenia antes de partir, y a su regreso es asesinado a su vez por su esposa Clitemnestra en complicidad con Egisto, su amante. Sin duda alguna, las tragedias de la Grecia antigua han transmitido desde entonces dramáticas experiencias humanas que se han mantenido universales a través de los siglos, al conectarse con nuestros arquetipos y con esos focos inconscientes sensibles y profundos que nos identifican en una y otra forma como seres humanos, trágicos héroes y heroínas de todos los tiempos y de todos los territorios. Precisamente, a propósito del tema de pérdidas y luto que se ha estado revisando en las últimas semanas, el doloroso proceso de duelo de Electra, la inconsolable hija de Agamenón, el rey asesinado, resalta por su crudeza y dramatismo como una obra que se mantiene tan actual en nuestra época y que por lo mismo, se sigue representando con frecuencia; un tema que inclusive ha sido tan atractivo para diferentes compositores que los ha invitado a musicalizarla, como es el caso de Richard Strauss, que la convirtió en una ópera a principios del siglo pasado, la cual aún se sigue escenificando en el presente, como afortunadamente coincidió en Filadelfia, en la semana misma en la que se llevó a cabo este congreso.

Así, todo el dolor, la tristeza, el sufrimiento, la desesperación, la rabia, el desconsuelo, el rencor, la impotencia y la avidez en el deseo de vengar la muerte de su padre, se vierten y se subliman musicalmente a través de la voz dramática y potente de la soprano Eva Johansson, que personifica a Electra en una puesta en escena poco común, en la que ella y los demás cantantes se encuentran sentados al frente del foro, rodeados por ese maravilloso y completísimo conjunto de músicos que constituyen la prestigiada Orquesta Filarmónica de Filadelfia, una de las mejores del mundo, dirigidos por el maestro Charles Dutoit.

Durante una hora y cuarenta minutos sin intermedio alguno, nos vemos envueltos en este impactante y trágico proceso de luto, de duelo emocional y de venganza, en el que toda la intensidad de las pasiones se expresan a lo largo de la obra en forma contrastante, ya sea en matices violentos de oscuridad en su mayor parte, con algunos remansos lúcidos de paz y ternura en otros momentos, gracias a la magnífica integración de las voces de varias sopranos, mezo-sopranos, tenores y bajos que como solistas o en coro, se unen a los también dramáticos acordes del conjunto de instrumentos, para convertirse en una experiencia sumamente intensa e impactante.

Las notas musicales fluyen ininterrumpidamente en tonos y armonías que se deslizan vertiginosas como una especie de olas feroces y desgarradoras a lo largo de las cálidas y ondulantes superficies... de caoba del interior del recinto, cuya novedosa arquitectura semeja la estructura de un enorme chelo, lo que como público estimula aún más el sentirse completamente inmerso en ese mar de música tan pasional, del cual no se tiene posibilidad alguna de escape, sino más bien que sumergido y envuelto entre las melodías de un ritmo intenso y tumultuoso, que verdaderamente nos mantiene estáticos e hipnotizados hasta el final.

La Electra de Strauss se convierte entonces en una experiencia realmente electrizante, en la que todo el vigor de las pasiones humanas es personificado y sublimado a través de las voces y de la música: la infidelidad de Clitemnestra y su complicidad con Egisto aunado al injusto y despiadado crimen de Agamenón, combinado con el lastimoso duelo de Electra que gime la muerte de su padre y se duele de la perfidia y la ambición de su madre, para finalmente convocar a su hermana Crisótemis y a su hermano Orestes, quien finalmente cumple con los deseos de venganza al asesinar a su madre y al amante (Continuará).

Leer más de Nosotros

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nosotros

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 801880

elsiglo.mx