Al comentar sobre la música y sus efectos sobre la salud mental, no podríamos dejar a un lado su historia, así como la historia de tantos compositores connotados cuyas trayectorias nos han mostrado la grandeza de su genio creativo, a la vez que muchos de los obstáculos y las vicisitudes por las que tuvieron que atravesar en diversos períodos de sus vidas, y a pesar de las cuales lograron sobrevivir, lo que a su vez nos transmite esa indudable capacidad de resiliencia de la que se hablaba en esta columna hace algunas semanas. Ludwig van Beethoven definitivamente ha sido uno de ellos, y el Dr. Richard Kogan, psiquiatra y pianista, quien a su vez se ha especializado en investigar la vida de muchos de estos compositores, presentó como acostumbra hacerlo cada año en los congresos de la Psiquiátrica Americana, una sesión científico-cultural sobre la vida y la obra de Beethoven, ilustrada además por varios fragmentos de su música, interpretados con gran intensidad por el ponente mismo. El Dr. Kogan se ha popularizado en estos congresos al presentar cada año sesiones mucho muy amenas y bien documentadas sobre diferentes compositores, acompañadas siempre de sus excelentes interpretaciones al piano, lo que las hace sumamente concurridas y difíciles de encontrar sitio a menos que se llegue temprano.
En esta ocasión, el Dr. Kogan habló sobre la infancia del compositor, quien era el mayor de tres hijos de un padre alcohólico y una madre enfermiza, depresiva e inconforme con su matrimonio, que tampoco protegía al hijo de los violentos métodos disciplinarios del padre, quien deseaba convertirlo en otro Mozart. Al parecer, este tipo de experiencias estimularon en el niño que ya desde pequeño habitaba un mundo de música y fantasías, la creencia de que ellos no eran sus padres, sino que los verdaderos provenían de una familia de la realeza, lo que aparentemente le funcionaba como una defensa psicológica para protegerse; una creencia que curiosamente mantuvo hasta su etapa como adulto. A los 17 años, perdió a su madre, y para los 20 empezó a perder la audición, ambas pérdidas muy importantes, que determinaron en él sentimientos depresivos y miedo de que la gente se diera cuenta de su sordera, por lo que poco a poco se fue encerrando cada vez más en su propio mundo. A la larga, su desesperación y disgusto con una sordera que consideraba injusta para un músico, lo hizo llegar a contemplar la posibilidad del suicidio, que sin embargo desechó, gracias a la fuerza de su música y a la poderosa convicción de que tenía mucho campo por delante para explorar todavía. El ponente cree que las composiciones de Beethoven se vieron influidas definitivamente por las variaciones y las periódicas explosiones de sus estados de ánimo que le caracterizaron, que parecían alternar entre crisis de melancolía y períodos maníacos, que algunos especialistas han considerado como ciclotimia o inclusive trastorno bipolar. Hubo una etapa en su vida en la que dejó de componer y llegó a presentar ideas psicóticas delirantes. Sin embargo, a pesar de su sordera, de sus diversas enfermedades y desgracias personales, Beethoven pudo sobrevivir a todo ello, y mediante su música intentó conectarse con el mundo y con sus semejantes, para convertirse en uno de los grandes genios musicales de la historia, gracias a su fuerza de voluntad, a su capacidad de resiliencia y a su genio creativo. Es indudable que la intensidad y dramatismo de su personalidad todavía nos alcanza y se sigue conectando con nosotros a través de sus acordes, de modo que su música y su genio creativo se mantienen vivos muchos años después de su muerte; y la Novena Sinfonía seguirá siendo eternamente esa oda a la vida y a la alegría. Es así, como el Dr. Kogan a través de sus espléndidas interpretaciones al piano, nos pudo transmitir con gran intensidad y dramatismo, la fuerza y creatividad de alguien como Ludwig van Beethoven, como un complemento necesario para una sesión tan educativa, en la que contrastaron no sólo las desdichas y limitaciones personales, sino también la capacidad creativa, la música y el poder de la supervivencia en el ser humano, como elementos integradores y básicos de la salud mental (Continuará).