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'Nuestro trabajo implica una gran responsabilidad'

"SARA" INTEGRA LAS FILAS DE LA POLICÍA DE TORREÓN, Y CON VALENTÍA BUSCA CADA DÍA REALIZAR SUS LABORES

Valentía. Para 'Sara' lo más importante es salvar la vida de las personas cuando están en riesgo y jamás duda en hacer lo necesario. Día a día sale a patrullar con la esperanza de regresar la tranquilidad a las calles de la ciudad.

Valentía. Para 'Sara' lo más importante es salvar la vida de las personas cuando están en riesgo y jamás duda en hacer lo necesario. Día a día sale a patrullar con la esperanza de regresar la tranquilidad a las calles de la ciudad.

CRISTAL BARRIENTOS

Ni siquiera ha cumplido los 20 años de edad pero "Sara" jamás duda en hacer lo necesario para salvar la vida de una persona cuando está en peligro. En su trabajo, día a día, demuestra ser un agente de cambio en la Policía de Torreón.

"Sara" siempre soñó en hacer la diferencia en alguna corporación policiaca. Cuando salió de la preparatoria intentó alistarse en el Ejército Mexicano pero se dio cuenta que no había personal operativo para mujeres en Torreón.

Luego acudió a la Policía Estatal pero no reunía la estatura mínima para ser aceptada: mide 1.54 metros y le pedían 1.57. Su último intento lo realizó en la Policía de Torreón donde a los pocos meses de haber ingresado fue capacitada como escolta de los comandantes, debido a su valor y desempeño profesional.

"Siempre me llamaron la atención las armas y la operatividad. Tal vez es un sueño pero siempre quise formar parte de las personas que hacen el cambio en México, porque es muy fácil estar afuera y opinar y criticar, pero cuando estás adentro cambia tu perspectiva por completo".

Para "Sara" ninguna corporación policiaca es mejor que otra. Para ella el simple hecho de portar un uniforme significa responsabilidad, valor y riesgo, por eso lamenta las críticas de la ciudadanía.

"A veces hasta nos critican por estar comiendo en una patrulla pero la gente no sabe que es nuestro único alimento en el día. También nos toca estar en manifestaciones que en ocasiones son contra nosotros y aún así debemos proteger a la ciudadanía, así de pie, con más de 30 kilos de equipo encima".

 PREPARACIÓN Y PATRULLAJE

Para ser policía hay que tener mucha vocación, asegura "Sara". Recuerda que aún estaba en la academia cuando la situación de emergencia por la violencia en Torreón obligó a los cadetes a terminar sus estudios en cuatro meses en lugar de seis.

"Desde los cuatro meses ya nos sacaban a trabajar porque las calles estaban muy violentas y necesitaban policías. La Academia se volvió muy pesada porque terminábamos de estudiar y luego nos íbamos a patrullar hasta la madrugada".

En la Academia aprendió a defender y respetar los derechos humanos de las personas, a tratar a la ciudadanía, a usar de manera correcta las armas, y también se sometió a un fuerte entrenamiento físico.

"Siempre he sido muy disciplinada y mis compañeros, desde la academia, me dicen que me tomo las cosas muy en serio pero es que estoy convencida que nuestro trabajo implica una gran responsabilidad porque no traemos juguetes sino armas".

De la decisión que cada policía tome al momento de realizar su trabajo, depende la vida de las personas, y esto para "Sara" implica un gran peso y la mantiene en un constante estrés.

"Pero creo que nos gusta ese modo de vida, es decir, el peligro, la adrenalina y el estrés. No le tengo miedo a mi trabajo y cuando me toca estar en las balaceras lo único que pienso es en proteger a la ciudadanía y a mis jefes".

En situaciones de emergencia siempre trata de mantener la mente fría y en calma, sobre todo porque como mujer no puede dejarse llevar por las emociones cuando se trata de salvar la vida de una persona.

 'ME DUELE EN EL ALMA'

"A veces nos esmeramos mucho en nuestro trabajo y aún así las cosas no salen bien porque resultan personas muertas. He aprendido también que las posibilidades de que habrá pérdidas humanas son muchas, tanto de civiles como de compañeros".

En muchas balaceras ha sido testigo de la muerte de sus compañeros, y su frustración es infinita cuando no puede hacer nada por ir a rescatarlos del fuego cruzado.

"Cada vez que veo morir a alguien me duele en el alma, y también tengo emociones encontradas porque me da coraje. Los policías somos fuertes pero también sentimos, sobre todo porque nos hemos convertido en una familia, convivimos todo el tiempo, tenemos lazos muy fuertes".

La base de la Policía de Torreón se ha convertido en su casa, y los policías en su familia. Para garantizar su seguridad sólo su madre y hermanos saben a qué se dedica, y el resto de sus parientes y amigos no tienen ni idea de su trabajo.

"Muchas veces nos sentimos responsables de las muertes de nuestros compañeros o de civiles, pensamos 'es mi culpa' o 'no hice lo necesario', y tenemos que aprender a hacer a un lado esos sentimientos, no podemos dejar que nos dominen".

De su generación, muchos policías han muerto en cumplimiento de su deber, otros se dieron de baja y unos más pidieron su cambio a vialidad.

 'TENGO ESTA PROFESIÓN EN LA SANGRE'

"Entré a la corporación cuando la violencia estaba al máximo pero estoy convencida que alguien tiene que hacer el trabajo difícil. Creo que tengo esta profesión en la sangre porque desde niña me gustaba jugar a los policías y ladrones".

Estaba por cumplir los 18 años cuando decidió convertirse en policía, así que le ocultó a su madre sus intenciones hasta alcanzar la mayoría de edad. También contempló la posibilidad de estudiar Criminología o Medicina Forense.

"Como escolta la responsabilidad es mayor porque hay que jugarse la vida todos los días. A veces me pongo a soñar y no sé, me gustaría convertirme algún día en comandante de la Policía de Torreón. Siempre he sido muy comprometida con mi trabajo y me molestan diciendo que me tomo las cosas muy en serio, pero creo que mi actitud es la que me ha llevado muy lejos".

Cuando está en medio de una balacera y logra salvar la vida de una persona o de un oficial, su trabajo cobra sentido, "esa es mi mayor recompensa y ahí es cuando creo que todos los sacrificios que hago valen la pena: las desveladas, las horas sin comer, el frío, porque nuestra vocación es incondicional aunque a veces nos juzguen duramente".

Responsabilidad

Algunos datos sobre "Sara":

⇒ Cuando salió de la preparatoria intentó alistarse en el Ejército Mexicano pero se dio cuenta que no había personal operativo para mujeres en Torreón.

⇒ Luego acudió a la Policía Estatal pero no reunía la estatura mínima para ser aceptada: mide 1.54 metros y le pedían 1.57.

⇒ Su último intento lo realizó en la Policía de Torreón donde a los pocos meses de haber ingresado fue capacitada como escolta de los comandantes, debido a su valor y desempeño profesional.

⇒ Para ella el simple hecho de portar un uniforme significa responsabilidad, valor y riesgo, por eso lamenta las críticas de la ciudadanía.

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