El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, advirtió ayer viernes que no ha bromeado ni exagerado, al advertir sobre la posibilidad de un ataque militar contra Irán en caso de que este régimen prosiga con sus planes para desarrollar armamento nuclear.
A sólo unas horas del encuentro que mantendrá, el lunes próximo, con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, el presidente Obama ha querido así enviar un doble mensaje a Teherán y a Tel Aviv, cuyas tensiones tienen hoy a millones en vilo.
Además de insistir en que su amenaza de un ataque militar contra Irán no ha sido un "farol", no ha desaprovechado el viaje para advertir también a Israel de que un ataque unilateral de su fuerza aérea contra instalaciones nucleares en Irán sólo ayudaría al régimen de Teherán a presentarse como una víctima ante el mundo y pospondría, pero no cancelaría, sus planes para la construcción de armas nucleares.
"Creo que el gobierno israelí reconoce que, como presidente de EU, no acostumbro a fanfarronear", dijo Obama en una entrevista con la revista "The Atlantic" en el marco de los preparativos de la visita de Netanyahu y de los trabajos de la conferencia anual de la American Israel Public Affairs Committee (AIPAC), un poderoso grupo de presión que defiende en EU los intereses de Israel.