El 37.6 por ciento de los jóvenes mexicanos de entre 14 y 29 años que laboran lo hacen en empleos precarios, cifra que se eleva a 66 por ciento en el caso de quienes no cuentan con la educación primaria completa, advirtió ayer Humberto Soto, oficial de Asuntos Sociales de la Comisión Económica para América Latina (Cepal).
Al participar en el foro "Brechas y desigualdad en el empleo en México. El reto de generar trabajos decentes para los jóvenes", remarcó que el nivel de escolaridad es un factor clave en materia de riesgo de reproducción generacional de la pobreza y de calidad del empleo.
Indicó que la Cepal estima que en México se requieren 11 años de escolaridad para librar el umbral de la pobreza, pero el promedio es de 9.7 años. "Si consideramos que más de la mitad de los jóvenes de 14 a 17 años no asisten a la escuela, eso impactará después en el acceso al empleo y la transmisión generacional de la pobreza", apuntó. Soto sostuvo que un mayor nivel de escolaridad ayuda a mejorar las condiciones de trabajo, pero advirtió no garantizan la incorporación a un mercado laboral.
Alerto además sobre la persistencia de inequidades en el acceso de los jóvenes al empleo y en la calidad del mismo. Detalló que el 32 por ciento de mujeres y el 18 por ciento de los hombres de entre 20 y 24 años que pertenecen al primer quintil de ingreso -es decir, el 20 por ciento más pobre- están desempleados. La cifra baja al 7.5 por ciento en hombres y 10 por ciento en mujeres del quinto quintil.
Por otra parte, abundó, sólo el 3.3 por ciento de jóvenes trabajadores del primer quintil cuenta con seguridad social, proporción que aumenta a 29 por ciento en el quintil de más altos ingresos.
Luis Raúl González, abogado general de la UNAM, reconoció en que existe una desconexión entre la escuela y los mercados laborales.
"El desempleo juvenil está vinculado a una educación deficiente y a la inexistencia de la capacitación laboral. Los jóvenes cuentan con trabajos de mala calidad, o informales", señaló.
Mercedes González de la Rocha, académica del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), advirtió que la educación de mala calidad contribuye a la precariedad laboral.
En el país, indicó, casi 3 de cada 10 jóvenes no terminan la secundaria y muchos de ellos se incorporan de forma precoz a trabajos de mala calidad.
