Tijuana. Jorge Hank Rhon en la Iglesia del Espíritu Santo del fraccionamiento Chapultepec.
Cientos de tijuanenses, entre ellos algunos del ambiente artístico, jugadores del equipo de futbol Xoloitzcuintles, y la familia taurina, despidieron los restos mortales de María Elvia Amaya Araujo -quien murió el sábado- en una misa ofrecida en su honor presidida por el arzobispo metropolitano Rafael Romo Muñoz.
En la misa estuvo su esposo Jorge Hank Rhon, amigos y familiares llegados de diversas ciudades del país, así como representantes de los partidos PRI y PVEM.
En torno a la iglesia, donde hay había más de mil personas, estuvieron apostados un gran número de transportistas, dentro de los cuales sobresalían los conductores de taxis amarillos, quienes formaron una valla alrededor del recinto religioso y en las calles cercanas.
Al finalizar la misa, Hank Rhon, dijo que su esposa fue una gran mujer, una gran esposa, madre y hermana, además de asegurar que sus cenizas descansarán en la casa que ambos compartieron; en tanto aseguró no haber tomado una decisión en torno a la fundación Por Ayudar.
María Elvia Amaya padecía una condición clínica denominada gammapatía monoclonal que devino en mieloma múltiple, mal que la obligó a viajar a Ginebra, Suiza para someterse a una delicada operación de trasplante de médula ósea y un agresivo tratamiento.